Domínguez hizo su descargo en dos páginas reservadas en varios periódicos nacionales este miércoles. En comunicación con Radio Monumental explicó que una auditoría no solo detectó el faltante de unos USD 130 millones, sino transferencias a bancos sin documentos respaldatorios.
Adelantó que se accionará, tras las irregularidades detectadas, contra los involucrados, pero por el momento el abogado Daniel Mendonca y su equipo siguen estudiando las estrategias para el efecto.
De acuerdo con la denuncia pública, Zuccolillo niega el acceso a información sobre los bienes de Leoz, en poder de Inmobiliaria del Este, a la Fiscalía de Nueva York, que, por su parte, lleva a cabo una investigación sobre esquemas de soborno que involucran a la Conmebol.
La auditoría además constató transferencias bancarias a cuentas particulares o relacionadas a particulares y empresas, sin documentos que demuestren el motivo de la transacción. En este caso, el Banco Atlas se respalda en la figura del secreto bancario. Sin embargo, el escrito explica que la ley de lavado de dinero exige la constatación de los fondos cuando el monto supere los USD 10.000, y, en este caso, Leoz depositó en efectivo casi USD 1 millón.
Al respecto, Domínguez se pregunta: “¿Habrá Banco Atlas comunicado a la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad)? ¿Cuánto lucró o lucra el banco con esta plata depositada por Leoz?”
“Esta no es ni siquiera plata que debería estar en Conmebol, esta es la plata que debía haber llegado al fútbol, a los futbolistas, a los niños y niñas que no tienen botín”, se lamentó.
El dirigente deportivo insiste en la amistad entre Leoz y Zuccolillo y recuerda que la constructora Atlas, propiedad de este último, fue adjudicada para la edificación de la Confederación en Luque, sin que existan documentos que respalden los procesos licitatorios.
“La plata compartida en las empresas de Aldo Zuccolillo nunca fue de Nicolás Leoz y su gavilla. Era y es del fútbol, para su desarrollo, sus talentos, todos ellos postergados. Después de una investigación profunda, que busca recuperar la plata del fútbol para que llegue a su destino, el padre de la mentira, Aldo Zuccolillo, se ofende y se enoja con el mensajero. Toda esa plata, producto del lucro con el fútbol, tampoco es de Zuccolillo ni de su descendencia. ¿Por qué nunca quiso colaborar? Porque en toda esta era de corrupción hizo plata. Jamás en todo ese tiempo le llamó la atención el crecimiento económico de su amigo personal y socio comercial”, expresa parte del texto en espacio reservado en las páginas 10 y 11 de la edición impresa de Última Hora.