El secretario de Salud filipino, Francisco Duque, confirmó en un comunicado que la enfermedad se detectó en Datu Piang, provincia de Maguindanao, sur de Filipinas, y lo padece una menor que no había recibido la vacuna oral contra la polio.
“Pido a todos los padres que se aseguren que sus hijos están protegidos contra enfermedades prevenibles”, instó Duque, ya que la confianza en las vacunas en el país se desplomó al 32% –desde un 93%– después de que en 2017 murieran varios niños a los que se les aplicó Dengvaxia, una vacuna experimental contra el dengue.
El Departamento de Salud filipino emprendió el pasado 14 de octubre una campaña masiva de inmunización contra la polio que pretende llegar a unos 5,5 millones de niños.
El miedo a las vacunas ya provocó a principios de año un brote de sarampión que mató a unos 600 niños en Filipinas, que también sufre una epidemia de dengue, que se cobró la vida de más de 1.200 personas, la mayoría niños.
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A la niña de Datu Piang con polio se le diagnosticó inicialmente una parálisis flácida aguda, al presentar síntomas como fiebre, diarrea, vómitos y dolor muscular; pero tras ser analizadas sus muestras de heces en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Japón, dio positivo en poliovirus de tipo 2.
Se trata de la misma cepa del virus que se detectó el pasado 19 de setiembre en una niña de 3 años en la cercana provincia de Lanao del Sur, la primera enferma de polio confirmada en Filipinas desde el año 2000, cuando la Organización Mundial de la Salud declaró el país libre de polio.
La misma semana se detectó un segundo caso en un niño de cinco años en Laguna, al sur de Manila, que tampoco había recibido las vacunas correspondientes.
También se están analizando las muestras de heces de un posible cuarto caso de la enfermedad, aunque desde Salud no dieron más detalles al respecto.