En un contexto en el que se volvió una prioridad establecer protocolos sobre las condiciones de rodaje, las escenas íntimas y los intérpretes menores, la directora Jessica Palud sitúa su historia a principios de los años 1970, cuando los cineastas tenían muchísimo poder y el consentimiento de las actrices no importaba.
La joven María, hija ilegítima de un actor famoso, sueña con hacer cine y es elegida con 19 años para rodar junto a Marlon Brando, el protagonista de Un tranvía llamado Deseo, una tórrida pasión entre un viudo estadounidense de paso en París y una mujer joven, bajo la dirección de Bernardo Bertolucci.
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La historia, cruda y mórbida, llega a su punto álgido con una escena de sodomía no consentida, en la que se usa mantequilla como lubrificante. Esta escena de violación le valió al filme ser catalogado como X y las críticas del Vaticano.
Aunque fue fingida, la escena fue impuesta a la actriz sin que ella supiera nada, y acabó devastando a la intérprete, como lo explica su prima, la periodista Vanessa Schneider en Tu t’appelais María Schneider, el libro en que se inspiró Palud.
María Schneider no dudó en hablar de doble violación, de la parte de Brando y del director, y decir que las lágrimas que se ven en la pantalla son las suyas y no las del personaje.
“Lo que me conmovió es esta mujer que en los años 1970 hablaba, decía cosas y nadie parecía oír su voz, y sus frases eran finalmente frases de 2024", afirma la directora a AFP. “Hay algo muy moderno” en lo que decía.
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La actriz, fallecida en 2011, no logró superar el escándalo de la película y cayó en las drogas. Su carrera quedó muchas veces reducida a El último tango en París y su famosa escena.
Para interpretar a Schneider, Palud escogió a Anamaria Vartolomei, descubierta en El acontecimiento, un filme sobre el aborto que ganó el León de Oro en Venecia en 2021.
Fuente: AFP.