Mediante un comunicado, la Sociedad Paraguaya de Filosofía (SPF) y el Centro de Investigaciones en Filosofía y Ciencias Humanas (CIF) rechazaron la actitud del viceministro de Culto, Fernando Griffith, durante un webinario internacional sobre transformación educativa.
Señalaron que el alto funcionario de la cartera educativa no solo maltrató a uno de los referentes más importantes de la ciencia latinoamericana como el doctor Humberto Maturana, sino que también menospreció la importancia de la filosofía en el esclarecimiento y la fundamentación del proceso de transformación educativa en el que se encuentra embarcado el MEC.
El pronunciamiento mencionó que Griffith cuestionó literalmente las credenciales científicas del autor chileno, considerándolo despectivamente filosófico, ya que el mismo, según Griffith, “ha abandonado el método científico y entró en el mundo de las ideas y allí no dispone de una aproximación epistemológica a la realidad”.
Asimismo, pidieron disculpas a Humberto Maturana y a la orientadora Ximena Dávila y consideran que de la misma manera el funcionario del MEC debería hacerlo por ofender los aportes a la ciencia que hicieron ambos autores.
Lea más en: MEC: “No debe cambiar todo en educación”
Entre otras cosas, agregan que preocupa además “la falaz dicotomía que presenta Griffith de filosofía (mundo de ideas) y ciencias (realidad), una visión reduccionista e infantil de la filosofía que exhuma huellas de positivismo, típicas del siglo XIX, pero ya ampliamente superadas en la actualidad”.
“Nos inquieta la trinchera nacionalista y hasta cierto fundamentalismo religioso desde los que se posiciona el viceministro de Culto para abordar el tema de la transformación educativa en Paraguay”, mencionó el comunicado.
Los renombrados científicos chilenos, como Humberto Maturana (biólogo y filósofo con estudios en Harvard y la College de Londres) y la orientadora Ximena Dávila, fueron descalificados ayer por el viceministro de Culto del MEC, Fernando Griffith
El viceministro aparentemente se molestó porque la docente Dávila utilizó la palabra “todes”, como lenguaje inclusivo. “Acá nosotros somos todos y con eso nos incluimos, no necesitamos eso”, sostuvo.