Aida María Villalba, la trabajadora doméstica imputada por hurto especialmente grave en el marco de la causa de Javier Ibarra, pidió este martes a las autoridades ser desvinculada del caso tras su libertad ambulatoria.
La mujer fue beneficiada con la medida tras el giro de la investigación, que se produjo con la detención del presunto autor del homicidio, identificado como Óscar Ariel Caballero Sahlmann, quien era secretario privado de Ibarra.
Pese a la aprehensión del sospechoso, Villalba no fue desvinculada del caso. El fiscal Julio César Ortiz dio argumentos del por qué no puede hacerlo aún.
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Una de las premisas del Ministerio Público en esta causa es que una persona no puede ser juzgada dos veces por un mismo caso.
“Si nosotros le damos sobreseimiento definitivo porque consideramos que se encontró el arma y que ella no tuvo participación, sin embargo, está flotando el hecho de que ella está dando positivo a plomo de antimonio elevado, como que hubo disparo”, señaló el fiscal.
Ortiz aún mantiene sus sospechas sobre la trabajadora doméstica, que tenía arresto domiciliario y previamente prisión preventiva en el Penal de Mujeres Casa del Buen Pastor por al menos cinco días.
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“Si cerramos definitivamente con ella y después en el devenir de la investigación, de aquí a seis meses, o aquí en 15 días o a un mes o más tiempo aparece que ella había sido tenía participación de alguna u otra medida, cuánto menos estuvo presente esa noche al momento de los disparos, entonces nosotros ya no podemos reabrir”, remarcó.
Para el fiscal la mujer sigue vinculada a la muerte de Javier Ibarra porque “la ciencia generó la sospecha”. Sostuvo que en la prueba de antimonio a partir de 20 ppb ya es considerado plomo positivo y que la mujer dio entre 46 y 66 ppb.
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En cuanto a la posible contaminación con la mascota del fallecido, a la que alzó en sus brazos antes de ver el cuerpo tendido de su patrón en su vivienda, manifestó que una bioquímica descartó esta posibilidad.
Villalba dio su versión en una entrevista para NPY el 2 de diciembre pasado y reveló que en la mañana que encontró a Ibarra, con lo único que había entrado en contacto fue con el perro de la casa, que estaba en la calle cuando llegó a la vivienda. Luego, la Fiscalía le pidió tapar el cuerpo con una sábana.
Aseguró que en ningún momento tocó el arma de fuego, que estuvo desaparecida hasta el jueves último, que fue entregado por Leonardo Ruiz Ortiz, quien fue detenido por transportar al presunto homicida hasta la casa del ex fiscal.