Los imputados son los agentes Juan Rodrigo Cabrera González y Luis Alfredo Reyes Figueredo, quienes tienen prisión preventiva en la Agrupación Especializada de la Policía Nacional.
La fiscala Teresita Torres les imputó por los presuntos delitos de extorsión, extorsión agravada, coacción grave, persecución de inocentes, cohecho pasivo agravado, producción de documentos no auténticos, privación ilegítima de libertad y hurto.
Según la imputación, el 1 de julio pasado, en la calle Universitarios Lambareños, al costado de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), los policías en dos vehículos interceptaron a Pablo Alberto Fines, conductor de Bolt.
Dice la fiscala que lo llevaron a la Comisaría 15ª Metropolitana, porque supuestamente su automóvil tenía las características de un vehículo robado.
La agente explica en su imputación que, al llegar a la comisaría, en el patio, supuestamente hallaron dos bolsitas de droga, por lo que el mismo fue detenido e interrogado. Al final, le pidieron G. 10 millones para liberarlo.
Presuntamente, la víctima quedó detenida en la comisaría hasta que llegan los padres, que consiguen, con préstamos, la suma solicitada. Tras recibir el dinero, elaboran un informe sobre que fue detenido por falta de licencia. Le liberan, pero antes se quedan con su celular.