En las 712 páginas de la acusación, la Fiscalía revela que Tío Rico lideraba una red conformada junto con sus hermanos. A la par, estaba en el esquema de Sebastián Marset y un último núcleo extranjero.
Los tres grupos trabajaron en conjunto para introducir a nuestro país cargas de clorhidrato de cocaína, provenientes de Bolivia, que después eran enviadas al exterior, generalmente a Europa y África.
El fiscal ofreció más de 90 testigos y 17 pericias de equipos informáticos y de teléfonos. En esta causa, ya fueron incautados 157 inmuebles.
CONTRA TÍO RICO. Según las investigaciones, Insfrán desde el 2020 se unió a Marset, para utilizar toda su estructura logística, con la provisión de transporte aéreo y terrestre.
El primer paso era que en aeronaves se transportara la droga hasta un establecimiento rural de una ciudad de la frontera con Bolivia. De ahí, la carga se enviaba hasta los departamentos de Presidente Hayes y San Pedro.
Allí, Insfrán y Marset acopiaban dicha sustancia hasta alcanzar la cantidad necesaria para remesar al extranjero.
Tío Rico había provisto de camiones con doble fondo, con encargados del traslado de la sustancia oculta en sus interiores. Estos se llevaban después hasta los depósitos de la zona Central del país.
De ahí, se enviaban las drogas a los puertos, ocultas dentro de mercaderías lícitas que iban a ser exportadas.
Finalmente, Insfrán cae luego de un año de iniciarse el operativo A Ultranza. Tuvo que ser extraditado desde Brasil en el 2023.
INVOLUCRADOS. Los esquemas de Insfrán y Marset sumaron a sus filas a altas autoridades que hoy están también con procesos abiertos.
El ex diputado Juan Carlos Osorio había renunciado a su banca tras ser imputado por tráfico internacional de drogas, asociación y lavado de dinero. El senador Erico Galeano cayó después, por supuestamente estar al servicio del grupo criminal. En misma, situación está el ex ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) Joaquín Roa.