Tras ser confirmado el fiscal Denny Pak, este presentó la acusación formal en contra del pastor Insfrán, en un voluminoso documento de más de 400 páginas.
De manera extensa y detallada, el agente menciona que José Alberto Insfrán formó parte de la organización criminal liderada por su hermano Miguel Insfrán, alias Tío Rico, en la que cumplía la función de asegurar el disfrute de beneficios de índole económico que obtuvo, producto de las operaciones de tráfico internacional de cocaína. Estas operaciones las hacía conjuntamente con el cerebro del grupo, que se encuentra prófugo, el uruguayo Sebastián Marset, y otros integrantes, entre los años 2020 y 2021.
De acuerdo a la acusación, este hombre insertó las ganancias ilícitas de Miguel Insfrán al sistema económico y financiero nacional mediante constituciones de empresas y asociaciones.
En otro punto, la acusación indica: “Se menciona que todas las conductas aquí detalladas, José Alberto Insfrán las realizó con el propósito de ingresar al ámbito político en representación de la organización criminal, por medio de la figura religiosa, cuya existencia previamente fue precausada por él”.
Se refiere también que para dicho fin, el acusado escogió el Departamento de Canindeyú, específicamente la ciudad de Curuguaty, en la que se instaló aproximadamente en el 2013, con la creación de su sede religiosa Centro de Convenciones Avivamiento, con el objetivo de radicarse en la zona para cumplir con los requisitos exigidos para acceder al cargo de gobernador del Departamento, y al mismo tiempo reunir la mayor cantidad de simpatizantes de su centro, que al cabo serían utilizados como electores para lograr su cometido, tanto para ser votado como gobernador de Canindeyú en las elecciones generales del 2023, como también para ubicar a personas afines al acusado y a la organización criminal al cual pertenecía el citado, entre otros, en el Congreso Nacional y en la Municipalidad de Curuguaty.