La Fiscalía del Medioambiente de Villarrica imputó por supuesta polución sonora al encargado de una empresa criptominera, pese a que las mediciones realizadas por la Municipalidad indicaron que los niveles de ruido no excedieron los límites permitidos para la zona.
Un grupo de vecinos del área, que era industrial y ahora se redefinió como mixta, denuncia que no pueden dormir desde hace más de cinco meses.
A raíz de la denuncia de este grupo de pobladores contra la criptominera D&N SA, que opera en la Fracción Arasa Poty del barrio Santa Lucía de Villarrica, la Municipalidad hizo mediciones en horario diurno en varios puntos alrededor de la fábrica de activos digitales.
Los resultados oscilaron entre 48 y 63 decibeles, por debajo del límite de 75 y 70 decibeles establecidos en la Ordenanza N° 81/2005 para zonas industriales y mixtas, respectivamente, según detalló la secretaria municipal de Medioambiente, Viviana Aponte.
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Sin embargo, el fiscal del Medioambiente de Villarrica, Erico Ávalos, imputó al gerente Juan Ignacio Marcillo, por el supuesto hecho punible de polución sonora. En el acta de imputación se menciona un informe de la Municipalidad que señala niveles de ruido de hasta 75 decibeles, dato que fue desmentido por las autoridades municipales.
Pese a las discrepancias, Ávalos igualmente argumentó que existen indicios de delito ambiental y solicitó al Juzgado que la empresa adopte medidas para ajustarse a las normativas locales en materia de ruidos.
D&N SA se instaló en junio de 2024, cuando el área aún era considerada industrial. Un mes después la Junta aprobó, mediante la ordenanza N°27/2024, el nuevo Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (POUT) de Villarrica y toda esta zona quedó como área mixta, detalló Aponte.
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El tipo de zonificación es relevante, pues la Ordenanza N° 81 del año 2005, que Regula y Previene la Polución Sonora de la Municipalidad de Villarrica, establece entre las 07:00 y las 20:00 el límite de nivel volumen en 75 decibeles en áreas industriales, 70 en zonas mixtas y 60 en residenciales.
Los resultados de las últimas mediciones, que se hicieron el martes y jueves pasados, no arrojaron rangos fuera de los límites en lo que respecta a las zonas industrial y mixta, al menos en horas del día.
Pero como los máximos de ruido permitidos son más estrictos en horario nocturno, con límites de 60 y 55 decibeles, se programaron nuevas mediciones durante la noche para verificar posibles incumplimientos, agregó Vivian Aponte.
Ruidos
El grupo de vecinos de la Fracción Arasa Poty denunció los ruidos molestos ya en junio a la Municipalidad y en octubre a la Fiscalía. Cuestionan que recién ahora hayan intervenido.
Los afectados mencionaron que la criptominera está a unos 200 metros de la urbanización y que desde que empezó a operar no pueden dormir. El presidente de la comisión vecinal, Héctor Pereira, afirmó que la falta de sueño está repercutiendo en la salud física y mental de todos los pobladores de la comunidad.