El fiscal Christian Royg formuló imputación contra el concejal de San Lorenzo Hugo Javier Lezcano, uno de los propietarios del bar La Pachanga, además contra el gerente Ronnie Agustín Orué y la administradora Marisabel Figueras, por supuesta violación de la cuarentena sanitaria.
La Fiscalía constató que el pasado sábado en horas de la noche ingresaron al local 135 personas sin el cumplimiento de medidas preventivas ante la pandemia del Covid-19.
Royg manifestó que existen sospechas suficientes sobre la imputación contra estas personas y solicitó medidas alternativas a la prisión.
“Estamos iniciando la investigación, con esta imputación se harán todas las diligencias para llegar a la verdad y tener un requerimiento conclusivo objetivo”, expresó en conversación con los medios de comunicación.
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Dijo que se enviará un listado de todas las personas que estuvieron en el lugar a las autoridades sanitarias para que tengan una estadística, en caso de que algunas personas aparezcan en hospitales con síntomas de Covid-19.
El fiscal contó que no se descarta imputar a todas las personas que acudieron al local nocturno y que procurarán de ubicar a todas ellas para que sean sometidas al test del coronavirus.
La Fiscalía comunicó la situación al Ministerio de Salud y a la Municipalidad de San Lorenzo para tomar las medidas correspondientes.
El caso
El fiscal Christian Royg se constituyó este domingo en el bar La Pachanga, ubicado en el barrio San Blas de la ciudad de San Lorenzo, que empezó a operar recién desde el pasado lunes, y en el cual se habría registrado una aglomeración de personas en la noche del sábado, según las denuncias en redes sociales, en el marco de la pandemia del coronavirus.
En ese sentido, indicó que de oficio decidieron investigar el hecho y que en el lugar fueron atendidos por el gerente del local, quien le manifestó que en un momento de la noche las personas se levantaron a bailar y posteriormente se les pidió que se detengan.
Asimismo, contó que el local registró el ingreso de 135 personas y que tampoco esperaban dicha cantidad, debido a que recién empezaron a operar, pero que tenían a una persona encargada de tomar la temperatura, el lavado de manos, además de que cumplieron con el horario establecido.
El local habilitó mesas para cinco personas, respetando el distanciamiento, según manifestó el gerente del lugar al fiscal y también en un comunicado publicado en la página oficial del bar.