El Ministerio Público, a través de la Unidad Especializada de Hechos Punibles contra los Derechos Humanos, a cargo de la fiscala de turno Sussy Riquelme, inicia de oficio una investigación en relación con supuestos hechos de tortura ocurridos en el Hospital Neurosiquiátrico.
Alexis Gallagher refirió haber sido víctima de presuntos hechos de tortura durante su internación en el centro asistencial durante la pandemia del Covid-19.
En ese sentido, la Fiscalía informó que el joven fue convocado a prestar declaración ante la unidad de turno a fin de brindar más datos.
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El Ministerio de Salud ordenó este miércoles la intervención del Hospital Neurosiquiátrico, luego de la verificación llevada adelante por la Dirección de Derechos Humanos, tras una escalofriante denuncia a través de las redes sociales por parte de un ex paciente.
Se designan interventores a representantes de las siguientes dependencias, tales como Dirección General de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud, a cargo de la coordinación, Dirección de Enfermería, Dirección Nacional de Salud Mental, Dirección General de Recursos Humanos, Dirección General de Administración y Finanzas, y la Dirección General de Asesoría Jurídica.
El equipo deberá presentar el correspondiente informe al Gabinete Ministerial en un plazo no mayor a 30 días, informó este miércoles el Ministerio de Salud.
“Me despertaron con agua por la cara”, relata ex paciente
El 5 de setiembre pasado, Alexis Gallagher denunció a través de la red social X (antes llamada Twitter) su experiencia cuando estuvo como paciente en el Neurosiquiátrico.
“Esa primera noche me llevaron a un calabozo que literalmente podemos decir que estaba pintado de cucarachas. No tenía ni letrina, medía 1,5 por 1,5 metros, y frío de menos cero garantizado. Nunca sentí tanto frío y un reflector de estadio apuntado directamente a la camita de cemento de medio metro. Me sedaron y al día siguiente me despertaron con agua por la cara, (luego) más sedación y me llevó un enfermero, agarrado del cuello, hasta la zona de criminales peligrosos”, expresó.
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Relató que tenía unas tres puertas de seguridad y calificó el hospital como “una cárcel interna y escondida”.
Contó que le pusieron con un “esquizofrénico violador” y que les daban un balde con agua para que de ahí carguen sus vasos y tomen agua. Sin embargo, relató que no pudo tomar agua durante tres días, porque su compañero orinaba dentro de ese balde.
“Ese balde de 10 litros él tomaba todo para juntar mucho orín en un tarro de lavandina, con el que me despertaba por tres días en distintos horarios, bañándome a mí y a la cama con su orín”, agregó.
“La comida era un asco”, afirmó
El joven comentó que la “comida era una mierda” y que no pudo comer. Dijo que cuando llegaba su compañero, escupía en ambos platos para comer los dos, motivo por el cual no ingirió alimento alguno en tres días.
Además, señaló que su compañero hacía sus necesidades “en la jaula y agarraba con su mano” para ponerle por todo el cuerpo.
“Esas heces desde el primer día ya se iban sumando y se quedaban costrosas por mi cuerpo. Suplicaba a los enfermeros que me dejen bañarme o me cambien de jaula. Me respondían que eso es lo que merezco”, agregó.
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Afirmó que, incluso, su compañero intentó violarlo y que tuvo que amedrentarlo. Sin embargo, lamentó que los enfermos fueron a “hacerle dormir” a pesar de contarles lo ocurrido.
Manifestó que en el tercer o cuarto día le dieron su alta y que le llevaron a un “pabellón hermoso”, con gente que estaba sana y bien. Además, recordó que le obligaron a bañarse frente a ellos para eliminar rastros de lo que vivió. Luego, llamaron a su madre para que fuera a buscarlo.
“Ella (mi mamá) todos los días (estaba) tranquila, porque le decían que yo estaba megabién y al buscarme, vio ese hermoso pabellón”, fue parte de su escalofriante relato.
Luego de la viralización de este testimonio, otras personas también manifestaron a través de las redes sociales sus terribles experiencias en el lugar.