Entre los factores claves para su decisión, de acuerdo con su informe, la calificadora menciona que las notas de Paraguay reflejan su historial de políticas macroeconómicas generalmente prudentes y consistentes, una deuda gubernamental baja en comparación con sus pares con calificaciones similares, a pesar de un aumento en los últimos años y una liquidez externa sólida.
No obstante, las notas están limitadas por indicadores de gobernanza débiles, una base de ingresos baja, un mercado de capitales local poco profundo que reduce la flexibilidad de financiamiento fiscal y la vulnerabilidad a choques climáticos adversos.
Se especifica también que los bienes industriales manufacturados representan alrededor del 14% de las exportaciones totales, pero la economía de Paraguay sigue siendo vulnerable a los shocks climáticos, como las sequías de 2019 y 2022. “Los niveles de agua del río Paraguay se encuentran en niveles históricamente bajos, lo que aumenta los costos logísticos para los exportadores y plantea riesgos de cuellos de botella en el transporte”, enfatiza.
Se suma a lo anterior una observación desde Fitch que da cuenta de la gestación de un proyecto de ley desde el Congreso Nacional, en torno a una “reforma controvertida que aumenta la supervisión de las organizaciones no gubernamentales, lo que puede debilitar las protecciones para la libertad de asociación y expresión”, según reza el informe, en relación al proyecto de ley contra las ONG.
Otro de los aspectos analizados para la calificación es la mejora de la posición fiscal: “Prevemos que el déficit del Gobierno central se reducirá al 2,6% del PIB en 2024, en línea con el objetivo relajado de las autoridades debido a los atrasos descubiertos. El saldo fiscal mejorará este año con el aumento de los ingresos y la liquidación de los atrasos relacionados con la pandemia (estimados en el 1,1% del PIB)”, destaca el reporte.
Fitch también pronostica que el crecimiento de la economía se mantendrá robusto en 4,5% en 2024, 2025 y 2026.
Mientras que el logro de los objetivos de consolidación fiscal debería estabilizar la deuda/PIB y dar como resultado una ligera disminución a partir de 2026, de acuerdo con la calificadora.
Recordemos que otra entidad calificadora internacional, en este caso Moody’s, otorgó el grado de inversión al país recientemente, y las expectativas estaban centradas en la nota que otorgarían Ficht (la que mantiene finalmente su calificación) y Standard & Poor’s, que en febrero pasado había elevado la calificación crediticia a BB+ con perspectiva estable.