Adentrarse en la vida y obra de José Asunción Flores es sumergirse en un mundo de dulces melodías y profunda identidad cultural. El creador de la guarania, género musical emblemático de Paraguay, dejó un legado que perdura aún después de 52 años de su partida en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su música trasciende fronteras y continúa resonando en el alma de quienes aprecian la belleza de lo auténtico y lo arraigado a la tierra. El 17 de mayo 1972 los restos del maestro fueron sepultados en Buenos Aires, en el cementerio de la Chacarita, en una ceremonia que contó con la presencia de cientos de compatriotas y artistas argentinos que acudieron para rendirle un último adiós.
Trayectoria
A la temprana edad de 12 años, José Asunción Flores comenzó su camino musical en la Banda de Policía, bajo la dirección de maestros italianos. Esta etapa marcó el inicio de una trayectoria con altibajos, caracterizada por una vida de vagabundeo y trabajo infantil.
Sin embargo, encontró un refugio en la disciplina de esta institución, donde halló albergue y mentores que le inculcaron el profundo amor por la música.

El periodista Antonio V. Pecci, autor de varios libros sobre el artista, relata el notable mérito de Asunción Flores en el perfeccionamiento de la escritura musical paraguaya de su época. Tras incansables búsquedas, logró crear un nuevo ritmo que capturara el alma y los sentimientos del pueblo. Este ritmo innovador fue bautizado como guarania.
Su primera composición en este estilo, Jejui, data de 1925, marcando así el nacimiento de un género musical que perduraría y trascendería fronteras.
En rápida sucesión va creando otras piezas en el campo de la música popular como Arribeño resay, Ka’aty, India, Nde ratypykua, Panambi vera, con letra de diversos poetas, especialmente de Manuel Ortiz Guerrero.
Legado musical
Tras su paso por la Guerra del Chaco, José Asunción Flores buscó nuevos horizontes en Argentina, donde fundó la célebre orquesta Ortiz Guerrero. Con esta agrupación, realizó numerosas presentaciones y grabó varios discos, consolidando su legado musical.
“En la década de 1940 se dedicó a la creación de poemas sinfónicos memorables, como Ñanderuvusu, María de la Paz y Pyhare pyte, los cuales fueron estrenados tanto en Argentina como en Moscú, bajo la dirección de destacadas orquestas y directores, llevando así su música a audiencias internacionales”, relata Pecci.
La influencia de Flores en la música paraguaya fue profunda y duradera. Su creación de la guarania inspiró a numerosos compositores compatriotas a incursionar en este género musical con sus propias obras, enriqueciendo así el panorama musical de Paraguay y consolidando el género musical como una expresión artística fundamental en la cultura del país.
Muerte
Hace 52 años, el 16 de mayo de 1972, el ilustre músico falleció en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Su partida, a causa del mal de Chagas, ocurrió en el sanatorio Mitre, donde el doctor Carlos Abente, amigo entrañable y coautor de varias obras, ejercía como director.
Uno de los hitos de su despedida fue el masivo sepelio que convocó a cientos de personas en la mañana del 17 de mayo, incluyendo representantes de organizaciones paraguayas y argentinas. Este tributo resaltó no solo su inmenso legado musical, sino también su compromiso con la igualdad, la paz y la justicia, valores que defendió a lo largo de su vida. Tras una extensa maratón de oradores en su sepelio, que se extendió desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde, donde se sucedieron discursos de representantes de organizaciones paraguayas, de Sadaic, de partidos políticos, así como de poetas y músicos, el momento culminante llegó cuando el ataúd fue ingresado al panteón de Sadaic. En ese emotivo instante, el público presente entonó la guarania India’ rindiendo así un sentido homenaje al maestro José Asunción Flores y su invaluable contribución a la música y la cultura.
Su legado ejerció una influencia significativa en los creadores de nuestro país, sirviendo como un modelo de artista comprometido con su pueblo.
No solo dejó una huella imborrable en la música paraguaya, sino que también inspiró a futuras generaciones de artistas a comprometerse con su comunidad y a utilizar su arte como una herramienta para promover la identidad cultural y los valores de justicia y solidaridad.
Sus restos fueron repatriados tras la caída de la dictadura y permanecen en la plaza Manuel Ortiz Guerrero-José A. Flores, del barrio Recoleta, donde se le rinden constantes homenajes.
Antonio Pecci menciona que diversos artistas y críticos han elogiado la originalidad y trascendencia de las creaciones de José Asunción Flores.
Figuras destacadas como Kurt Pahlen, Alberto Ginastera, Yuri Aranovich, Luis Szarán, Juan Max Boettner, Berta Rojas y Mauricio Cardozo Ocampo, entre otros, han reconocido la importancia de su legado musical.
Hoy en día, la Guarania, género que Flores contribuyó a crear, está siendo considerada para ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un testimonio del valor y la relevancia de su obra en el ámbito global.