“En las principales economías de Europa, los servicios no esenciales cerrados por decreto representan cerca de un tercio de la producción. Esto significa que cada mes que estos sectores siguen cerrados se traduce en una caída del 3% en el producto interno bruto anual (PIB)”, afirmó el director del Departamento de Europa de la institución, Poul Thomsen.
Italia y España, la tercera y la cuarta economía de la zona euro, se encuentran prácticamente paralizadas al ser los dos países más afectados por la pandemia; y otras grandes economías como Alemania y Francia aplicaron severas restricciones de movimiento y actividad.
“Antes de otras alteraciones y efectos de contagio al resto de la economía se contemplan, una profunda recesión en Europa es ya un resultado inevitable”, agregó Thomsen. La institución previó en enero un crecimiento económico en la zona euro del 1,3%.
UN ESTÍMULO ECONÓMICO. Thomsen aplaudió las medidas tomadas por las autoridades “al poner en práctica grandes estímulos monetarios y fiscales para contener el impacto de la crisis”, como la suspensión de los límites de déficit fiscal y los masivos programas de recompra de activos del Banco Central Europeo (BCE). “No deberemos subestimar la capacidad de los líderes de la Eurozona para hacer lo necesario para estabilizar la economía”, agregó el economista del FMI.
Asimismo, explicó que “excepto Rusia y Turquía, la mayoría de las nueve economías emergentes de Europa Central y del Este ya solicitaron asistencia de emergencia al FMI” para encarar los efectos negativos del coronavirus.
Por el impacto económico de la crisis en los países en desarrollo, la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió ayer una ayuda de 2,5 billones de dólares a modo de un plan de rescate para paliar el golpe. La ayuda se dividiría en un billón de dólares en derechos especiales de giro, la condonación de deuda a esos países otro billón, y 500.000 millones para financiar el rescate en forma de subvenciones para la recuperación.
2,5 billones
de dólares pide la ONU para los paísesen desarrollo a modo de un plan de rescate para paliar la crisis.