Carlos Giménez, gerente del Fondo de Garantías del Paraguay (Fogapy), señaló que una de las principales barreras para el otorgamiento de créditos es la informalidad en términos fiscales, lo que impide poder tener trazabilidad de los clientes respecto a su conducta de pago.
Además de ello, se encuentran las exigencias propias de cada entidad financiera, bancaria y cooperativa, es decir, “los sujetos de créditos no reúnen las condiciones mínimas para ser beneficiarios”.
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“Más son cuestiones del beneficiario final, personas que tenían problemas antes de la pandemia y que presentan rendiciones de IVA con pérdidas en los últimos tres ejercicios fiscales”, dijo en contacto con radio Monumental AM.
Recordó que el Fogapy no interviene en los procesos de otorgamiento de préstamos, sino más bien es una herramienta más para facilitar el acceso a los créditos. Cada entidad es independiente de aceptar o rechazar.
“En estos momentos, las entidades que están orientadas a preservar los ahorros extreman los recursos. Ante los menores inconvenientes prefieren no otorgar los créditos”, indicó.
El ministro de Hacienda, Benigno López, había señalado que ya se ejecutó el 40% del presupuesto con el que fue capitalizado el Fogapy para fortalecer el sistema financiero y dar respuestas crediticias ante los golpes del Covid-19, el cual se agotaría entre julio y agosto.
La Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) concedió a través del Fondo de Garantía del Paraguay (Fogapy) un línea de garantía de G. 2.449 billones (unos USD 384 millones) para respaldar los créditos a ser otorgados a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) afectadas por el coronavirus (Covid-19).
Además, Fogapy fue capitalizado por el Ministerio de Hacienda con USD 100 millones provenientes del préstamo realizado por el Gobierno del Banco Mundial, por un total de USD 200 millones, para fortalecer el sistema financiero y dar respuestas crediticias ante los golpes del coronavirus.