EFE
“Finalmente, el gran día llegó. Es una etapa más concluida, gracias a Dios. Salgo hasta con el corazón apretado, pues hice grandes amigos aquí. El cuidado que todos tuvieron conmigo fue increíble, estoy muy feliz y motivado. Salgo de aquí fuerte, prácticamente curado”, declaró el jugador a periodistas.
Follmann, de 24 años, fue uno de los seis supervivientes del accidente ocurrido el 30 de noviembre que costó la vida a 71 personas. El Chapecoense viajaba a Medellín para jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional.
El portero pasó por varias cirugías en Colombia, donde le amputaron parte de la pierna derecha.
“Quiero sentir el aire, el cariño de las personas y comer una parrillada”, señaló el portero, quien espera seguir su carrera deportiva en el Chapecoense, posiblemente como parte del cuerpo técnico: “Es mi voluntad, me voy a preparar y conocer nuevas cosas. Es un momento de aprendizaje”.
Follmann viajará el miércoles a Río de Janeiro para ser homenajeado en el partido entre Brasil y Colombia, con el que se recaudarán recursos para las familias de las víctimas del accidente, y luego irá a Sao Paulo para someterse a un tratamiento de adaptación a una prótesis.