Después de 59 años de convivencia, Vicente Burgos, de 74 años, y Ana de Jesús Duré, de 75 años, pudieron por fin dar el sí junto a otras 22 parejas que se sumaron a esta ceremonia, organizada por la Fundación Santa Librada.
Vicente y Ana eran los más longevos entre las 23 parejas que llegaron hasta la Iglesia local, acompañados por sus familiares y seres queridos para compartir esta esperada celebración.
Ana, a lo largo de su más de medio siglo de relación con Vicente, dio a luz a nueve hijos, de los cuales cuatro fallecieron, según comentó ella antes de ingresar toda de blanco al templo.
Siempre quiso casarse por Iglesia –dijo–, pero por diferentes circunstancias no pudieron lograr. Lo que les impedía, además del factor económico, era la falta de papeles de su compañero, quien desde muy chico había quedado huérfano y carecía de los papeles del bautismo, por citar un ejemplo.
Cuando se enteraron por intermedio de su hija, Emilce, sobre la realización de la boda comunitaria lograron acceder –a instancias de Mirta, la coordinadora de este evento– a esta posibilidad de formalizar su relación ante Dios.
Ambos trabajaron toda la vida en estancias de la región Occidental. Ana se desempeñaba como cocinera y Vicente se dedicaba a las tareas propias de las haciendas rurales.
el secreto. Por más de que hasta ahora no pudieron celebrar el matrimonio, Ana relató que siempre se mantuvieron juntos en las buenas y en las malas.
“Nosotros nunca nos separamos. Por ahora nomás es que los hombres y las mujeres no pueden buscar un acuerdo”, manifestó al dar cuenta de la filosofía de vida que ambos comparten como clave para sostener tantos años de relación.
“Cuando él se enoja, yo me callo nomás. Y cuando veo que se le pasó el enojo, vuelvo a hablarle, cuando está más tranquilo. Hablamos y ahí me comprende. Y yo también así, cuando mucho estoy enojada, entonces él hace lo mismo porque siempre tenemos tropiezos”, precisó.
Así también en la parte económica, supieron capear juntos las adversidades. “Si él no tiene trabajo, o no tiene dinero, esperamos. Siempre trabajamos juntos en las estancias. Nosotros siempre buscamos cualquier acuerdo para no dejarnos. Lo que falta, falta y lo que sobra, sobra”, reflexionó.
La misa estuvo presidida por monseñor Amancio Benítez, obispo de la Diócesis de Benjamín Aceval, y fue concelebrada por el presbítero Arnaldo Sanabria, cura de la parroquia San Juan Bautista.
Tras el acto litúrgico, los recién casados compartieron un brindis junto a sus familias y allegados. Con este evento litúrgico, ya son 2.629 matrimonios patrocinados por la Fundación Santa Librada.