El ombudsman provincial, José Leonardo Gialluca, señaló que el río Paraguay registra un descenso crítico en su nivel, con solo 85 cm en el puerto local, lo que pone en riesgo el suministro de agua cruda y potable en la región, agravado por el calor, según recogen medios argentinos.
“Están provocando un daño ambiental que se agrava con las actuales condiciones climáticas, destruyéndose humedales en el Ñeembucú, que forman parte de los humedales de la Cuenca del Plata, que regula el caudal de los ríos Paraguay y Paraná”, sostuvo.
El funcionario pidió a autoridades argentinas y paraguayas, entre ellos al canciller nacional, Rubén Ramírez, coordinar “acciones urgentes” para detener estas prácticas que afectan a ambos países.
Alertó sobre el impacto potencial del fenómeno La Niña, que podría intensificar el desabastecimiento hídrico, y llamó a una planificación urgente entre las autoridades binacionales para evitar una crisis mayor en la zona.
“Estas cuencas arroceras ubicadas en la zona de Villeta y debajo de San Pedro, entre otros departamentos, afectan los niveles hídricos de un río internacional que ha sido y es vital para la provincia de Mendoza, así como para otras provincias argentinas”, dijo el alto funcionario.
Postura de Feparroz. Desde hace días, los pobladores de Villa Florida, Misiones, denuncian a los arroceros de la zona porque supuestamente siguen bombeando de forma desmedida el agua del río Tebicuary, lo que ya derivó en la intervención del Mades.
Por su parte, desde la Federación Paraguaya de Arroceros (Feparroz) aseguraron que el cauce hídrico muestra un comportamiento “natural”, ante las condiciones climáticas de los últimos meses y no debido a sus actividades.