El 20 de octubre de 1978 se produjo uno de los momentos históricos, en que una obra de la ingeniería humana modificaba el curso de la naturaleza.
En medio de un acto multitudinario, que congregó a los gobernantes de Paraguay y Brasil, el general Alfredo Stroessner y el general Ernesto Geisel, se produjo la implosión de los diques, que dieron paso a que las aguas del río Paraná ingresen por un canal de desvío construido previamente, dejando seco el lecho original, donde luego se construiría la represa hidroeléctrica, entonces la más grande del mundo.
La activación de los potentes explosivos se produjo a las 11.15, y el momento fue captado en una imponente toma panorámica por el entonces jefe de fotografía de Última Hora, Jorge Adorno.
La foto, en blanco y negro, fue revelada contra reloj, en un cuarto oscuro improvisado en la misma zona de obras de la futura represa, y transmitida a través del sistema de telefoto a la Redacción central, en Asunción.
La foto fue publicada en portada, a seis columnas, en la edición que en pocas horas más salió a la calle -en esa época Última Hora era vespertino, y aparecía en las primeras horas de la tarde con la información del día-. El título de tapa de aquella edición decía: “Prodigioso: Desviaron el río Paraná".