Foto: Gracianiano Irala
El 17 de mayo de 1988, el Papa Juan Pablo II llegó hasta la Misión Santa Teresita, en Mariscal Estigarribia, Chaco paraguayo, a 524 kilómetros de la capital, Asunción, para un histórico encuentro con los pueblos originarios de la región.
La imagen captada por el fotógrafo de Última Hora, Gracianiano Irala, el legendario Fotosky, ilustra el momento en que el Sumo Pontífice, desde un simbólico altar construido con troncos de Karanday, reivindicó los derechos ancestrales y la dignidad de los indígenas, que eran perseguidos y reprimidos por la dictadura stronista.
En aquella ocasión, ante una multitudinaria concurrencia de indígenas de las regiones Oriental y Occidental del país, como también de pueblos originarios de otros países vecinos, resonaron las palabras del líder Maskoy René Ramírez, denunciando las penurias, atropellos y el despojo de sus territorios, provocando la ira de los políticos de turno.
“Conozco los graves problemas que os afectan; en particular lo que se refiere a tenencia de tierras y títulos de propiedad. Por ello apelo al sentido de justicia y humanidad de todos los responsables para que se favorezca a los más desposeídos”, le dijo el Papa.