En medio de mucha satisfacción, el profesional de fotografía natural Óscar Rivet relató a través de su cuenta de Twitter cómo logró obtener una de las mejores postales de su carrera.
Se trata de la imagen de un pájaro campana que se encontraba en la Reserva Natural del Bosque Mbaracayú, en Villa Ygatimí, Departamento de Canindeyú, y que actualmente forma parte de la lista de aves en peligro de extinción.
Rivet calificó el hecho como una “increíble historia”, que se inició cuando debía buscar al animal para fotografiarlo, en el marco de un trabajo fotográfico.
Según dijo, el ave generalmente solo puede ser encontrada en algunas regiones del país, por lo que decidió acudir a un profesional del área para que lo ayude con alguna recomendación.
Este le especificó que podía hallarla en el Mbaracayú, donde hasta el momento habitan algunos ejemplares. Luego de que representantes de la reserva le hayan confirmado sobre la presencia del ave en la zona, rápidamente coordinó la visita.
“Ellos me advirtieron que a causa de las constantes lluvias que había últimamente no se los estaba oyendo. Aún así, busqué un día que no lloviera y decidí ir. Llegamos a la reserva a las 21:00, una noche estrellada, coordinamos todo para iniciar los trabajos al día siguiente”, siguió contando.
Ya en el lugar, alrededor de las 5:30 de la mañana, se levantó, salió de la habitación y se dirigió al patio a fin de apreciar el clima. Fue ese el momento en el que por primera vez en su vida escuchó el canto del famoso pájaro campana.
“Honestamente fue un momento en el que se me erizó todo. Escuchaba por primera vez en mi vida el canto del pájaro campana a lo lejos”, expresó al respecto.
Posteriormente, alrededor de las 6:05, con guías de la reserva se organizaron y partieron con dirección al bosque, siguiendo el sonido del canto.
En el trayecto se les presentó el primer obstáculo: debieron atravesar un sendero y luego cruzar un puente para poder acercarse al animal, pero lamentablemente la infraestructura se había caído a causa de los últimos temporales. “El alma se me cae al suelo”, lamentó.
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No obstante, el guía emprendió otro camino y les llevó por un sector distinto, donde ingresaron al espeso bosque. “A medida que caminábamos, de manera muy sigilosa, cada vez lo escuchábamos más cerca, hasta que a eso de las 07:30 el guía levanta el puño”, prosiguió.
En ese instante, les pidieron que se mantengan en silencio total y les indicó que observen hacia la copa de un frondoso árbol que se encontraba en el lugar, logrando encontrar lo que tanto esperaban.
“Ahí estaba, con cielo totalmente celeste, cantando imponente: el pájaro campana. Fue un instante indescriptible, oírlo y verlo, uno de los mejores momentos que regaló la madre naturaleza a mi profesión”, resaltó finalmente Óscar Rivet.
Más sobre el trabajo de Rivet
En contacto con Última Hora, el profesional de las cámaras explicó que se trató de un trabajo fotográfico que tuvo una duración de casi dos meses sobre especies, fauna, flora, ecorregiones y folclore nacional en peligro de extinción, para lo cual le contrataron.
Manifestó que, en ese marco, hasta el pasado 6 de diciembre recorrió unos 6.500 kilómetros y que para lo que comprende la fauna, además del pájaro campana, cuya toma fue el 22 de octubre pasado, ya le tocó fotografiar al yaguareté, el aguará guazú, entre otras especies.
Asimismo, con relación a la flora, ya pudo captar postales del quebracho colorado, el emblemático árbol de samu’u o palo borracho, entre otras plantas que también están en peligro de desaparecer.
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En lo que respecta a las ecorregiones que recorrió para captar imágenes, fueron sitios como el Pantanal paraguayo, los atlánticos, el Salto Ñacunday y otros.
Mientras tanto, con respecto a lo que es el folclore del Paraguay, dijo que llegó hasta zonas donde se fabrica ao po’i, ñandutí, etc. Explicó que estos están en peligro de extinción debido a que las artesanas ya no cuentan con herederos que puedan seguir con las tradiciones.
“Fue un trabajo muy interesante, recorrí en dos meses prácticamente de punta a punta el país, fue una experiencia muy buena e intensa, realmente fue fascinante”, expresó.
Adelantó que el trabajo está preparado con miras a que el público en general pueda apreciarlo, pero aseveró que por el momento no puede brindar mayores detalles.
Por último, lamentó que actualmente en Paraguay nos estemos quedando sin bosques y espacios verdes. En ese sentido, ejemplificó que al hacer una comparación de fotografías que datan desde 1945 y hasta el 2010 del Mbaracayú, se observa cómo los bosques se redujeron en medio de sojales.