Los jóvenes Mohamed y Yara Abdallah fueron los primeros en llegar. Traían consigo no solo el peso de las maletas, sino también el de una tragedia: Habían perdido a su hermano de 15 años y a su padre durante una intervención israelí en el Líbano.
Ellos personifican el drama de quienes, obligados a huir, encuentran en el desarraigo la única posibilidad de sobrevivir. Como ellos, cientos más llegaron a Foz de Yguazú. Entre octubre y noviembre, un total de 2.663 personas –brasileños y familiares de 13 nacionalidades distintas– fueron evacuadas de Beirut en 13 vuelos de la Fuerza Aérea Brasileña.
De este grupo, uno de cada cuatro eligió Foz como su destino, atraídos por la calidez y el espíritu acogedor que caracteriza a esta ciudad fronteriza que alberga a una gran colectividad árabe.
La llegada de estas personas activó una red de apoyo liderada por la Municipalidad de Foz, que coordinó esfuerzos con instituciones y voluntarios. Desde la Comuna informaron que 120 personas recibieron asistencia en la Casa del Migrante, 18 consultas fueron realizadas por la Secretaría Municipal de Salud, asegurando la atención médica básica y 18 personas encontraron refugio en la Casa de Acompañamiento. WF