El partido Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y sus aliados lograron más del 34% de votos, pero deberán esperar a la segunda vuelta del 7 de julio para saber si alcanzan la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (cámara baja).
“Necesitamos una mayoría absoluta”, dijo Le Pen ante sus simpatizantes en su feudo de Hénin-Beaumont, en el norte de Francia. Los franceses “han emitido un veredicto rotundo”, dijo su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, desde París.
La alianza de Macron lograría entre un 20,5% y un 21,5%, por detrás de la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), que obtendría entre un 28,5% y un 29,1% de votos, según las primeras estimaciones de los institutos de sondeos Ifop e Ipsos.
La llegada al poder de la extrema derecha, por primera vez desde la Liberación de Francia de la ocupación de la Alemania nazi en 1945, sumaría un nuevo país en la Unión Europea (UE) gobernado por esta tendencia, como Italia.
Y podría debilitar la política de apoyo a Ucrania de Macron. Aunque el partido de Le Pen, cuyos detractores la consideran cercana a la Rusia de Vladimir Putin, asegura que apoya a Kiev, subraya que quiere evitar una escalada con Moscú.
Muestra de una votación percibida como histórica, a las 17:00, tres horas antes del cierre de los colegios electorales, la participación alcanzó un 59,39% de votantes, 20 puntos más que a la misma hora en 2022, según el ministerio del Interior.
El propio sistema electoral vuelve incierto el resultado final de una Asamblea Nacional, donde los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022 continuarán, pero con una nueva relación de fuerzas.
Sus 577 diputados se eligen en sendas circunscripciones uninominales, con un sistema mayoritario a dos vueltas. De acuerdo con los resultados de cada circunscripción, a la segunda vuelta puedan acceder dos, tres o más candidatos.