Las fuentes no solo subrayaron que Macron ya ha manifestado repetidamente que “es imposible” concluir el acuerdo, sino que dieron a entender que Bruselas tiene que poner fin a la misión negociadora de la CE en Brasil.
La presidencia francesa recordó las “líneas rojas” por las que rechaza ese acuerdo: la no integración de los acuerdos de París sobre el cambio climático, la ausencia de condiciones para evitar la deforestación y el hecho de que no hay garantías de reciprocidad en términos de reglas sanitarias y medioambientales para los productos agrícolas importados en la UE desde Mercosur.
Sobre el barbecho, el primer ministro francés, Gabriel Attal, avanzó el pasado viernes que lo que quiere obtener Francia es una nueva derogación a la obligación de que los agricultores tengan que dejar sin cultivar un 4% de sus tierras en cumplimiento de la Política Agraria Común (PAC).
Francia también quiere poner límites a la entrada de ciertos productos ucranianos, en particular pollos, huevos y azúcar, que se autorizaron sin aranceles y sin las reglas propias de la UE como medida de apoyo a Kiev por la invasión de Ucrania.
Macron va a llevar estas reclamaciones a una cumbre europea extraordinaria convocada no para abordar la política agraria, sino para tratar de las perspectivas financieras y del apoyo a Ucrania.
Dos cuestiones en las que Hungría es protagonista porque el gobierno del primer ministro húngaro, Viktor Orban, se opuso radicalmente a un acuerdo en el Consejo Europeo de diciembre.
Las fuentes del Elíseo hicieron hincapié en que lo que pretenden es “un acuerdo entre los 27” porque las soluciones que excluirían a Hungría “no nos parecen ni sostenibles ni deseables”.
Por eso, se esforzaron en evacuar las hipótesis que están circulando sobre posibles sanciones sobre Budapest. El Ejecutivo de Macron, que ya presentó un paquete de medidas en favor de los agricultores el pasado viernes, no ha logrado acabar con las protestas, que se han reavivado este lunes con nuevos bloqueos.