“Me gustaría decirles a los jóvenes, en nombre de todos nosotros, adultos: perdón si a menudo no los hemos escuchado; si, en lugar de abrir su corazón, les hemos llenado los oídos. Como Iglesia de Jesús deseamos escucharlos con amor”, dijo el papa Francisco este domingo en su homilía.
Ante los obispos que han participado en este Sínodo y los 34 jóvenes invitados a aportar sus ideas, el papa reflexionó sobre los “tres pasos que la Iglesia debe dar para ayudar en el camino de la fe: “Escuchar, hacerse próximos y testimoniar”.
"¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida! Los hijos del Padre celestial escuchan a sus hermanos: no las murmuraciones inútiles, sino las necesidades del prójimo”, señaló el pontífice.
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Instó entonces a pedir entre los religiosos “la gracia de un corazón dócil para escuchar”.
El pontífice también aseguró al hablar de la necesidad de una Iglesia próxima que “cuando la fe se concentra exclusivamente en las formulaciones doctrinales, se corre el riesgo de hablar solo a la cabeza, sin tocar el corazón”.
“No podemos ser doctrinalistas o activistas; estamos llamados a realizar la obra de Dios al modo de Dios, en la proximidad: unidos a él, en comunión entre nosotros, cercanos a nuestros hermanos”, explicó.
Exhortó a ser capaces de “salir de nuestros círculos para abrazar a los que no son de los nuestros y que Dios busca ardientemente” y de no caer en esa tentación de “lavarse las mano” sino de reconocer que “el Señor se ha ensuciado las manos por cada uno de nosotros”.
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Francisco explicó que muchos jóvenes “buscan una luz en la vida, buscan un amor verdadero”, pero “a menudo solo encuentran promesas falsas y unos pocos que se interesan de verdad por ellos”.
“No es cristiano esperar que los hermanos que están en busca llamen a nuestras puertas; tendremos que ir donde están ellos, no llevándonos a nosotros mismos, sino a Jesús”, animó el papa.
Lamentó que a veces, “en lugar de este mensaje liberador de salvación, nos hemos llevado a nosotros mismos, nuestras recetas, nuestras etiquetas en la Iglesia”.
"¿Cuántas veces la gente siente más el peso de nuestras instituciones que la presencia amiga de Jesús. Entonces pasamos por una ONG, por una organización paraestatal, no por la comunidad de los salvados que viven la alegría del Señor?”, agregó.
El pontífice agradeció a todos los que han participado en este “caminar juntos” que ha sido el Sínodo y pidió que “que el Señor bendiga nuestros pasos, para que podamos escuchar a los jóvenes, hacernos prójimos suyos y testimoniarles la alegría de nuestra vida: Jesús”.