Pese a culminar el periodo de sesenta días que se impuso el Ministerio del Interior para bajar la ola de delincuencia, los casos de asaltos siguen sucediéndose, además de policías que se ven ligados con casos de extorsión. Es notorio que el plan implementado desde la Policía Nacional para disminuir los hechos delictivos no funciona y no se encuentra una estrategia que obtenga resultados.
La semana pasada, el día lunes 22 de noviembre, en solo dos casos y en menos de 10 horas, gavillas delictivas se alzaron con la exorbitante suma de G. 3.600 millones.
El primer hecho ocurrió alrededor de las 7:30, en el predio de una parroquia de la ciudad de San Antonio, donde unos siete hombres armados se alzaron con un millonario botín de G. 1.600 millones, que debían ser destinados al pago a jubilados, además del aguinaldo. También despojaron de sus armas a los custodios del local de pago.
Lo que llamó la atención en este atraco fue un cambio de guardia policial que se hizo poco antes del asalto. Esto generó la destitución del comisario Ángel Cantero del puesto de jefe de la Comisaría 24ª Central.
SECUESTRO. El otro caso se produjo a las 3:30 de ese mismo lunes, en Santaní, donde delincuentes secuestraron y asesinaron al colono alemán Helmut Ediger Friesen y sus empleados Rolando Díaz González y Odair Dos Santos, pese a que la familia pagó por el rescate la suma de G. 2.000 millones.
De ese monto, la Policía logró recuperar G. 1.060 millones y detuvo a Alfredo Benítez, mientras buscan a un brasileño, ex empleado del colono.
Este hecho se dio pocos días después de que el ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, afirmara que en nuestro país no está instalada la industria del secuestro. Los dichos del ministro generaron una contundente respuesta por parte de las hijas de Óscar Denis, quienes remarcaron que Giuzzio prefiere dar la espalda al problema y pretende tapar el sol con un dedo, a través de un discurso “simplista, egoísta, infantil y hasta ofensivo para las víctimas”.
Todo esto se da en medio de los casos de asaltos que se registran a diario y son víctimas personas de bien, que van a trabajar o atienden sus negocios. También policías de Ciudad del Este fueron denunciados por extorsionar a un turista brasileño.
Esta situación de inseguridad en aumento hace reflotar la versión de un quiebre en el relacionamiento entre la Policía Nacional y el Ministerio del Interior.
También se habla de una situación de protesta por parte de los uniformados que se encuentran sujetos a una postura de brazos caídos y quien paga esta acción es la ciudadanía, sobre todo ahora que llega diciembre, cuando aumentan los asaltos y robos.