Ruidos molestos que provienen de los potentes motores de estas máquinas desde tempranas horas de la madrugada, cierre de cocheras, destrucción de los precarios empedrados, basura y hasta preservativos que dejan los conductores, olores nauseabundos que despiden las heces de los animales que van a ser faenados, entre otros inconvenientes, son señalados por las familias afectadas.
A esto se suma la presencia de malvivientes que se ocultan debajo de estos rodados para cometer asaltos en la zona.
Los pobladores dicen que ya hicieron denuncias al sistema 911, así como en la Comisaría 12, pero no obtuvieron respuestas.
El concejal Orlando Fiorotto solicitó en varias oportunidades la intervención de la Comuna capitalina a este problema, pero pasado el tiempo, este se mantiene.