La discusión se tornó muy álgida, al punto que el presidente del Congreso, Basilio Núñez, tuvo que levantar la sesión “por desorden”.
El encontronazo se dio durante el tratamiento del proyecto de un millonario préstamo para los ministerios de Obras Públicas y Educación.
En una sus alocuciones, Dionisio dijo que “acá se ha tratado a colegas de deshidratados cerebrales y se ha aludido orondamente varias veces, y la gente ha pasado por alto porque, también, entendemos que la senilidad va acompañada, muchas veces, a la cuestión etaria”.
En ese momento, Celeste Amarilla reaccionó y comenzaron los gritos e insultos.
“Estoy usando yo la palabra y se calla usted, señora, ¡se calla usted!, ¡cállese, coimera!, ¡coimera!, que no tiene derecho al vehículo blindado que le está queriendo hacer pagar a los paraguayos”, vociferó Dionisio.
La senadora la retrucaba calificándolo de “gordo”. En ese momento fue que Núñez levantó la sesión.
“No tiene argumentos y, por supuesto, le pedí que no se altere, porque va a explotar un día y me va a salpicar esa grasa barata de la que está hecha su barriga”, indicó Celeste a los medios.
“Yo le reclamé senilidad, eso no es apropiado; a ver; ahora vamos a discriminar gordo, flaco. Si él le trata de senil o nos trata de seniles a algunos; bueno, yo le trato de gordo, porque si vamos a discriminar, nos vamos a discriminar todos”, fue la respuesta de la legisladora.