Entre los documentos desclasificados del Proyecto Libro Azul (Blue Book Proyect), que fue impulsado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para estudiar, catalogar y analizar los casos de ovnis, con el fin de determinar si estos representarían un peligro para la seguridad nacional, aparecen tres casos de avistamientos de fenómenos inexplicables registrados en Paraguay. Los mismos habían acaparado los titulares de los periódicos de la época en que ocurrieron, como La Tribuna y El País.
En uno de los archivos del Proyecto Libro Azul se relata un hecho ocurrido el 20 de febrero de 1948 y que fue archivado como incidente #119 “Platillos volantes sobre Asunción”. Tuvo como testigo a Agustina viuda de Paula, domiciliada en el barrio Obrero, quien observó un llamativo objeto ovalado viajando en el espacio a las 07.00. “El objeto le llamó la atención, pues para ella era extraordinario y muy hermoso”, según la noticia publicada en La Tribuna el 26 de febrero y que llamó la atención de los investigadores estadounidenses.
En este informe de 13 páginas, elaborado por el entonces mayor GSC. Samuel J. Skousen, se reportó que otra persona, un empleado anónimo del Banco del Paraguay divisó desde la ciudad de Areguá el mismo objeto y a la misma hora señalada por la señora Agustina. El testigo dijo que el fenómeno extraño iba desprendiendo una diversidad de colores. Otras personas afirmaron haber contemplado la caída de “una estrella sobre uno de los cerros de la zona de Cordillera”.
El mismo objeto también se observó desde la estancia Santa Felicia, en el Chaco paraguayo. Un ranchero en compañía de sus peones pudo definir lo que presenció como “un disco de un tono verde, con aureolas a su alrededor, desplazándose a menor velocidad que la de un avión, situándolo a unos 300 pies”.
“Varios individuos visitaron Asunción desde el interior de distintos pueblos, que observaron el raro objeto creyendo que se trataba de un fenómeno celestial”, explica el oficial estadounidense.
Este caso, como otros que fueron investigados por la Fuerza Aérea de EE.UU. y archivados en el Libro Azul bajo los títulos de “Un objeto aterrizó en el terreno de una escuela” u “Ovnis en el Chaco”, forman parte de los 50 avistamientos de ovnis que el ufólogo paraguayo Ronald Maidana Torres expone en su libro Ovnis en el Paraguay: Radiografía de un fenómeno desconocido, que se lanzó el viernes en la Biblioteca Nacional del Paraguay. Este material es el primero que indaga sobre el fenómeno de los ovnis avistados en el país.
“En la década de 1940 el término ovni no existía, por lo que se acuñó ‘platillo volador’, que constituyó el equivalente a algo incomprensible en el cielo”, explica el investigador para darle contexto a los fenómenos inexplicables que interesaron a los científicos que formaron parte del Proyecto Libro Azul.
El investigador, corresponsal internacional de la Revista UFO – Brasil, comenta que los casos de avistamientos de ovnis en nuestro país fueron investigados por él con mucho esfuerzo. Los casos paraguayos archivados por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y que publica en su libro son totalmente inéditos, incluso para la comunidad de investigadores de ovnis, destacó.
El material -explicó el ufólogo- no es un intento de dilucidar las verdades tras los distintos e inexplicables sucesos de ovnis, sino que constituye una compilación de hechos registrados desde 1651 en las reducciones jesuíticas y que echa por tierra la tesis de que en Paraguay no sucede nada.
“Todo lo expuesto en el libro no son simples narraciones, es el resultado de todo un proceso investigativo que se ha iniciado hace más de 10 años, donde cada testimonio, fotografía, video, documento, rastros, fue puesto bajo la lupa de la duda y desmontado en sus partes para corroborar la veracidad de los mismos”, resaltó.
La ufología, una cuestión de investigación
Por definición, explica Ronald Maidana, ovni corresponde al acrónimo de “Objeto Volador No Identificado”, es decir, un objeto o fenómeno percibido por el testigo incapaz de reconocerlo, pero que además, posterior a un riguroso análisis, no es posible discernir positivamente de qué se trata.
Explica que hay un arrastre -culturalmente hablando- de que el ovni es necesariamente un vehículo extraterrestre y existen casos que hacen suponer eso, pero Hollywood, la industria del entretenimiento, contribuyó bastante para construir una idea equivocada sobre el tema ovni.
“La Ufología no es una cuestión de investigación, no adolece de evidencia sino de una tremenda entropía. Los mayores detractores ignoran el inmenso legajo concerniente en estos temas. Hay evidencias físicas, huellas de aterrizajes y residuos de estos objetos que cayeron, pero esto lleva décadas de estudios”, resalta el investigador.
Asimismo, sostiene que la fugacidad e imprevisibilidad de estos acontecimientos observados por testigos es lo que dificulta su estudio. Esto, sin añadir su irreproducibilidad en laboratorio