Las personas movilizadas por ATE se concentraron pasado el mediodía en el centro de Buenos Aires y su marcha culminó a las puertas de la sede del Ministerio de Economía, a pasos de la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino.
Entre los manifestantes y los agentes policiales se vivieron algunos momentos de tensión.
El secretario general del sindicato, Rodolfo Aguiar, calificó de “contundente” la huelga del viernes en un mensaje publicado en su perfil de la red social X.
Aguiar también pidió al Ejecutivo de Milei que publique un listado identificando a los trabajadores que, según el Gobierno, no están “prestando los servicios” que les corresponden como parte del sector público.
“Si el Gobierno no publica un listado de los supuestos 'ñoquis’ (término coloquial y despectivo con el que se conoce a este tipo de trabajadores), tiene que determinar la reinstalación y el inmediato pago de las remuneraciones a todos los despedidos, porque hasta aquí no ha podido acreditar en ningún caso la causal invocada de la ‘no prestación de servicios’”, aseguró el secretario general de ATE.
Tras finalizar marzo, el Gobierno de Milei no renovó 15.000 contratos en el sector público, una cifra mucho menor que los 70.000 despidos con los que llegó a especular el presidente.
La protesta de este viernes es la segunda que protagoniza ATE esta semana, el miércoles, varios de sus afiliados se manifestaron frente a las sedes de diferentes organismos y llevaron a cabo la “toma” de edificios públicos.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, consideró que estos hechos son “imágenes de una Argentina absolutamente decadente que estamos dejando atrás”. EFE