Me llamo Marcelo Ortiz y tengo 15 años, soy oriundo de la ciudad de Capiatá y vivo en el barrio Kennedy. Actualmente estudio en el colegio y juego como delantero en la Escuela de Fútbol Sport Suecia hace unos meses. Desde chico me apasionaba el fútbol y siempre fue mi sueño poder ser jugador.
Una de las cosas que marcaron mi vida para siempre fue mi accidente en motocicleta cuando tenía 10 años, por el cual perdí la pierna izquierda. Estaba en la moto con mi papá, él estaba manejando un sábado a la noche porque el domingo iba a ser mi cumpleaños. Íbamos a comprar todo lo que faltaba, cuando nos chocó otra motocicleta y salí despegando. La herida fue muy grave y a los doctores no les quedó otra opción que amputarme la pierna. Esto fue algo muy duro para mí y al principio, me sentí muy mal porque no me acostumbraba a caminar con muletas y me caía todo el tiempo. Después con el tiempo, me pude adaptar.
Con este accidente tuvimos muchos problemas económicos con mi papá. Él tenía que hacerse cargo de mis gastos y afortunadamente nuestros vecinos nos ayudaron bastante, hacían polladas, hamburgueseadas y numerosas actividades para ayudar a mi familia. Siempre voy a estar agradecido.
Somos de una familia humilde, pero gracias a Dios mi papá siempre luchó por mí y mis hermanos para estudiar y que no nos falte nada. Una de las cosas que siempre me motivaron fue el apoyo de mi familia y especialmente de mis compañeros del colegio, porque ellos nunca me hicieron bullying; al contrario, siempre fueron buenos amigos conmigo.
INICIO DE UN SUEÑO
Siempre voy a jugar fútbol en una canchita de barrio. A pesar de mis limitaciones, continúo jugando fútbol con mis amigos. Un día se me acercó el entrenador del Sport Suecia, Ángel Lezcano, quien me dijo que me daría una oportunidad para jugar en el equipo como delantero. Siempre voy a estar agradecido con él.
En ese momento, me sentí demasiado feliz y no podía creer que eso me estaba sucediendo. Ahora me voy al colegio por la tarde y luego de estudiar, a la práctica por las noches. Me gustaría tener una prótesis para la pierna porque eso me facilitaría mi vida diaria, voy a poder hacer todo más rápido y jugar fútbol más cómodamente.
Otra profesión que me gustaría aprender es la peluquería. Tengo un amigo que tiene una barbería y realmente me gustaría aprender y a la par trabajar de eso porque así voy a poder tener ingresos para ayudarle a mi familia. En este momento, nuestra situación económica está un poco apretada y a veces no tengo para mi pasaje para ir a la Secretaría Nacional por los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad (Senadis), para hacerme las sesiones de fisioterapia.
Como vivo lejos, debo manejarme en bus diariamente y todo implica gasto. Por eso, me gustaría poder trabajar también de barbero para poder costear los gastos que necesito para mejorar mi condición de salud y realizar los tratamientos necesarios para la pierna.
También me encantaría poder comprar alguna vez para mi casa propia y regalarle a mi papá, él siempre se sacrificó por nosotros y es un excelente papá y todo le debo a él que a diario se esfuerza para que no me falte nada y me apoya con mi sueño de ser futbolista. Sueño con tener una casa propia y que él pueda descansar a su edad.
JUEGOS PARALÍMPICOS
Un objetivo que tengo es que cuando tenga mi prótesis pueda competir en los Juegos Paralímpicos a nivel mundial para dejar en alto a Paraguay. Me sorprende cómo hay tantos atletas buenos compitiendo demostrando que, a pesar de tener discapacidades puedan ser grandes atletas y cumplir sus sueños para competir por su país y viajar por el mundo. Cuando uno quiere salir adelante, se puede.
Me encantaría alguna vez conocerle al jugador de Olimpia Derlis González porque es mi inspiración, le quiero conocer porque me gusta su historia y me parece un excelente jugador. Me gustaría ir con mis compañeros de fútbol a la Villa Olimpia y poder compartir con todos los jugadores.
A todos los niños y jóvenes que cuentan con una situación similar y nacieron con una condición diferente o sufrieron algún accidente les insto a que no decaigan y no dejen de luchar por sus sueños porque nada es imposible. No se limiten y persigan los sueños que les guste y nunca se rindan, es cierto que el camino es muy difícil, pero con constancia se puede alcanzar la meta.
Yo tuve un accidente que me marcó la vida, pero nunca me rendí y continúo jugando fútbol demostrando que no existen las limitaciones.
