26 abr. 2025

Futuro del Papa con pronóstico abierto

AFP

El papa Francisco continúa hospitalizado en Roma por una neumonía bilateral, con diagnóstico “reservado” pese a la mejoría de las últimas horas. Estos son los escenarios que se plantean, cuando se cumplen 17 días de ingreso en el hospital Gemelli:

Pese a sus 88 años y sus numeroso problemas de salud pasados, el papa argentino, conocido por su fortaleza de carácter, parece ir mejor.

Esta semana última, el Papa experimentó una leve mejoría y por primera vez la palabra “crítico” no fue mencionado en el parte médico, aunque el pronóstico continúa siendo reservado.

CON QUÉ FUERZAS RETORNARÁ

La neumonía que padece en los dos pulmones requiere como mínimo tres semanas de convalecencia, aunque el equipo médico no se ha pronunciado hasta ahora sobre la duración de su hospitalización.

Pase lo que pase, la gravedad de esta situación, que ha requerido la hospitalización más larga desde su elección como jefe de la Iglesia Católica en 2013, lo obligará previsiblemente a rebajar su ritmo de trabajo, al menos al principio. Una novedad para el jesuita argentino, conocido por su fuerte ritmo de trabajo y su alergia a las vacaciones.

“Cuesta imaginar que Francisco reanude sus actividades con el mismo ritmo después de tamaña alerta”, apunta una fuente vaticana que prefiere el anonimato. “Necesariamente habrá un periodo de transición”, observa.

En junio de 2023, tras 10 días de hospitalización por una operación abdominal, el santo padre tuvo que guardar un periodo de convalecencia. Pero sucedió en verano, un período habitualmente más tranquilo.

La principal duda ahora será ver si puede cumplir con sus compromisos a corto plazo, empezando por la Semana Santa, en abril.

En marzo del año pasado tuvo que anular a última hora su participación en el Vía Crucis del Viernes Santo, en el Coliseo, por motivos de salud. Otra duda es si podrá presidir los eventos previstos a lo largo del año en el marco del Jubileo.

Por último, queda en el aire su capacidad de volver a viajar. El siguiente desplazamiento al extranjero, que aún no fue oficializado, sería en mayo a Turquía, con motivo de los 1.700 años del Concilio de Nicea.

FALLECIMIENTO

En caso de fallecimiento, la Santa Sede prevé un protocolo sumamente estricto.

Tras la muerte del Papa, el cardenal camarlengo, monseñor Kevin Farrell, quedaría a cargo de gestionar los asuntos corrientes de la Iglesia hasta la elección de un nuevo pontífice. Sus poderes en este lapso serían reducidos y eminentemente administrativos.

A él le corresponde convocar las reuniones de cardenales, llamadas “congregaciones”, y decidir en sintonía con ellas el día y la hora designados para exponer los restos del difunto Papa, así como la fecha de inhumación, que debe producirse entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento.

El funeral, que Francisco quiere más sencillo, tendría lugar en la basílica de San Pedro del Vaticano, y el entierro en la basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma, por deseo suyo.

El cónclave, encargado de elegir al nuevo Papa, debe arrancar entre 15 y 20 días después del óbito.

Los cardenales electores, aquellos que tienen menos de 80 años, y que en este momento son 138, estarían llamados a votar en secreto y a puerta cerrada en la suntuosa Capilla Sixtina.

RENUNCIA

La especulación en torno a una posible renuncia del papa redobló desde su ingreso en el hospital Gemelli el pasado 14 de febrero, y esto continuará previsiblemente en los próximos meses.

“Si el Papa sobrevive, muchos imaginan luego que querrá terminar el año del Jubileo, pero que a continuación, ya con 89 años [en diciembre], tendrá sobre la mesa la cuestión de saber si debe renunciar o no”, explica a AFP el vaticanista italiano Marco Politi.

Francisco ha convocado un consistorio, es decir una reunión de cardenales, para la proclamación de nuevos santos. Precisamente ese fue el marco que eligió su predecesor, Benedicto XVI, para comunicar sorpresivamente su renuncia en 2013. De momento no hay fecha para dicho consistorio.

En los últimos años, el jesuita argentino hizo planear la duda sobre la hipótesis de una eventual renuncia. Pero más recientemente matizó que tampoco puede convertirse este extremo “en una moda”.

Y en cualquier caso, el hecho de que haya retomado el trabajo desde su habitación de hospital para, entre otras cosas, aprobar la canonización del venezolano José Gregorio Hernández, apunta a que Francisco sigue al mando.

Está “estable” y muestra “buena respuesta”, sin sufrir broncoespamos El papa Francisco se encuentra “estable” y alterna la ventilación mecánica no invasiva con oxigenoterapia, “manteniendo siempre una buena respuesta” al tratamiento, sin nuevos episodios de broncoespasmo como el sufrido este viernes, informó ayer el Vaticano. “Las condiciones clínicas del Santo Padre se mantienen estables”, se indica en el último parte médico, que se esperaba con expectación tras la crisis respiratoria de la víspera, que causó un empeoramiento “repentino” de su cuadro respiratorio, por lo que el pronóstico permanece “reservado”. El Papa “se encuentra afebril y no presenta leucocitosis”, por lo que no se ha registrado un aumento del número de globulos blancos, lo que podría descartar una infección, mientras que “los parámetros hemodinámicos se mantuvieron siempre estables”, según el comunicado. Ayer, “alternó ventilación mecánica no invasiva con largos periodos de oxigenoterapia de alto flujo, manteniendo siempre buena respuesta al intercambio gaseoso”, se añade en la nota. EFE

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