A los productores y pobladores de la zona del Pilcomayo les preocupa la demora de las autoridades argentinas para permitir el ingreso de máquinas en la desembocadura conocida como “Pantalón”, para realizar los trabajos de limpieza de los sedimentos que obstaculizan el paso del agua.
De acuerdo con Eusebio Manuel Cardozo, referente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), con la liberación de los trabajos se puede lograr el reencauzamiento de las aguas procedentes de Bolivia, pero los trabajos deben comenzar a más tardar este lunes para revertir la situación.
Explicó que desde la próxima semana comenzarán a desplazarse en el Pilcomayo las aguas procedentes del deshielo de la Cordillera de los Andes, que pasan por territorio boliviano y, parte de ellas por el cauce del río compartido por los tres países. “Si ocurre lo peor, ya no tendremos tiempo de meter las aguas a nuestro país, lo cual hará inevitable otro desastre”, advirtió Cardozo.
El gremio alerta sobre las consecuencias que aún se registran por la sequía sufrida a mediados de año, y que ocasionó perjuicios a los productores pecuarios de la zona.
La ARP menciona que el Ministerio de Relaciones Exteriores tenía la misión de conseguir el permiso del Gobierno argentino y, según la información que manejan, ya cuentan con la autorización, pero las obras aún no se realizan.
La sequía del Pilcomayo provocó la muerte de animales, entre ellos peces, yacarés, carpinchos y tapires. Esto generó la indignación de la ciudadanía e incluso un grupo organizó una expedición para salvar a los animales que seguían con vida en la zona.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) había responsabilizado del hecho al presidente de la Comisión Pilcomayo, Daniel Garay, quien a su vez fue imputado junto con los fiscalizadores Miguel Ferreira y Atilio Medina.
Garay fue destituido y en su reemplazo asumió Óscar Salazar.