14 sept. 2024

Garra guaraní

No se preocupen, hoy esto no va de fútbol. Ni siquiera haré mención del nuevo técnico de la Selección Nacional, a quien, ya que estamos, le deseo éxitos y le envío todas las buenas vibras del universo. ¡Le hará mucha falta!

Esto es sobre la garra guaraní que no tenemos, que no existe, que quizá haya quedado en algún cañadón chaqueño, qué se yo... Suena feo y seguro que más de alguno se va a enojar, pero alguien les tiene que decir las cosas como son: no existe tal garra guaraní, si no me creen, miren nomás lo tranquilito que anda el diputado que, en plena sesión de la Cámara de Diputados, insultó al “glorioso” pueblo paraguayo.

Sucedió hace menos de una semana durante la sesión ordinaria del pasado miércoles. El diputado Jatar Fernández acusó de “haraganes” a todos los paraguayos.

“La responsabilidad no es de la clase política, la responsabilidad es del pueblo. El pueblo no quiere trabajar, el pueblo se conecta a la ANDE, el pueblo no paga sus impuestos. Esos llorones que están ahí son los que hacen que el pueblo sea como está, nosotros necesitamos un pueblo que labure”, he’imi, y encima puso cara de enojado.

Agregó el cartista que la educación y la comida de los niños es responsabilidad de los padres, y de paso pidió no traer niños que no puedan alimentar ni educar. ¡Che Dio...! Dónde lo que está Lizarella cuando se la necesita...

“Basta de ese lloro que hay ahí, que el pueblo esto, que el pueblo lo otro, (es) mentira. El verdadero pueblo es el que paga sus impuestos, que no se conecta a la ANDE (ilegalmente) y el que sale a laburar es el verdadero paraguayo humilde, al que yo le voy a pasar la mano, pero no al haragán, para crear un país como la República Argentina, que todo el mundo quiere subsidio”, concluyó rotundamente el representante del pueblo.

Jatar Fernández fue electo diputado nacional por Cruzada Nacional, el movimiento de Paraguayo Cubas, pero rápidamente pilló por dónde soplaban los vientos del poder y así es que se convirtió en un satélite más del cartismo. Gracias, Payo, por los favores recibidos…

Te explico: un tipo que trabaja (?¿¡¡) digamos que asiste a su lugar de trabajo, como mucho dos días a la semana, que gana decenas de millones de guaraníes al mes, y que cuando falta a su laburo nadie le reclama ni le bajan línea los de Recursos Humanos y menos aún le descuentan el sueldo, como a cualquier otro obrero en este país.

Un tipo que lo único que tiene que hacer en la vida es levantar el brazo y votar por todas las propuestas que votan los cartistas; que tiene inmunidad absoluta; ese tipo que mantenés con tu salario mínimo que no te alcanza para dar de comer a tus hijos y mandarlos a la escuela y que ni alcanza para la escuela de fútbol de los chicos o algo más que no sea pagar cuentas, ese tipo te llamó “haragán” y te dijo que si sos pobre ¡mejor que no tengas hijos!

Ese diputado, mantenido con los impuestos que paga el pueblo, hace unos meses, cuando se debatió en el Congreso la posibilidad de aumentar el impuesto al tabaco, para tener un poco de recursos para destinarlos a los enfermos de cáncer, votó que no. Textualmente llamó al mencionado proyecto: macanada.

“Dejémonos de joder, estas son macanadas, estamos perdiendo tiempo de nuestra vida, ¿por qué no organizamos algo que valga la pena?”, dijo el honorable diputado sostenido por nuestros sudores ciudadanos.

Un representante del pueblo en el Congreso Nacional llama al pueblo que le mantiene –fresco y bien alimentado– h a r a g á n y no pasa nada, apenas unos plagueos en Twitter. Por eso, señoras, les hablo de aquella garra guaraní que quedó olvidada a orillas del Aquidabán hace 154 años.

O tal vez tenía razón don José Gaspar, cuando le encomendó al doctor Rengger la autopsia de un paraguayo, para buscar el hueso de más, ese que le impedía “no hablar recio y no mirar de frente”.

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