Los emblemas incrementaron el precio de las naftas y del gasoil esta semana y esto abrió un fuego cruzado entre el sector y el Gobierno, que criticó la suba de las gasolineras privadas tras normalizarse el valor del impuesto selectivo al consumo (ISC) a los combustibles.
Óscar Orué, el viceministro de SET, habló sobre el punto este martes y recordó que el Ejecutivo redujo en febrero de 2022 el ISC al diésel común del 18% a 6,2%, equivalente a una cesión de G. 250 por litro, mientras que el sector privado bajó su utilidad en G. 100.
La reducción temporal del tributo se realizó como medida de contención ante la escalada de los precios en el mercado internacional y de esa forma impactar lo menos posible en el usuario final.
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Al respecto, Orué afirmó que, presumiblemente, el objetivo de los emblemas es recuperar esa ganancia perdida durante ese tiempo y consideró que no es correcto “culpar” a la normalización del impuesto selectivo al consumo.
“Es una suposición que tenemos. De hecho, no sabemos la estructura de costos que tienen ellos, como sí podemos saber de Petropar. Pero, esta es una cuestión que ya se discute hace mucho tiempo”, resaltó.
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También expresó que el incremento de las gasolineras privadas llama “mucho” la atención y que la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) debería verificar la situación.
El ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, y el viceministro, Ivan Haas, responsabilizaron de la suba al propio sector privado en la víspera, en una conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno.
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En los tableros que se pudieron observar, los estaciones de Petrobras y Shell, la nafta de 90 octanos subieron G. 200, de G. 7.300 a 7.500; la nafta de 95 octanos G. 360, de G. 7.900 a G. 8.250; la nafta 97 G. 290, de G. 8.900 a G. 9.190.
La normalización del ISC que se trasladó casi de inmediato en el precio final en el sector privado despertó el malestar del Poder Ejecutivo, que antes de la medida se reunió con representantes de los emblemas para acordar no subir los precios.