La cifra consignada es muy inferior comparada con países como Uruguay, Chile y Brasil, en donde el gasto es dos a tres veces mayor; mientras que en América Latina el promedio de gasto por persona asciende a USD 718, según el documento.
El análisis de Benítez emplea una metodología descriptiva de carácter cuantitativo a partir de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares 2014. En el estudio se aborda la composición del gasto de bolsillo en salud de la población paraguaya, con el fin de proveer información precisa a los tomadores de decisiones en el marco de la elaboración de las políticas públicas.
Complementariamente el trabajo busca dar a conocer la composición del sistema de salud, la estructura de financiamiento (pública y privada), así como la evolución de los principales indicadores sanitarios. Para el cálculo de los gastos en salud se utilizan datos de las cuentas nacionales en salud y datos del Banco Mundial, según el autor.
Entre los principales resultados, se evidencia que entre los años 2005 y 2014 el gasto total en salud ha pasado de USD 531 millones a USD 3.041 millones; es decir, tuvo un crecimiento de aproximadamente seis veces más.
En el mismo periodo, la participación del gasto público aumentó de 38,8% a 45,9% y el gasto privado se redujo de 61,2% a 54,1%. Sin embargo, el desembolso privado sigue siendo el principal componente del gasto en salud.
Durante el periodo analizado, el gasto en salud con relación al PIB ha pasado de 6,1% a 9,8%, con el mayor impulso en el 2009, con un crecimiento de dos puntos porcentuales.
Comparando el promedio de gastos en salud con el promedio de ingresos trimestrales por quintiles, los hogares del primer y segundo quintil (los más pobres) son los que enfrentan mayor carga con relación a sus ingresos con tasas de 10,4% y 7,6%.
En tanto que el porcentaje de personas en situación de riesgo de presentar gasto catastrófico ante una eventual atención quirúrgica es de 63,2%.
Falencias en el ámbito público
De acuerdo con el análisis sobre gasto en salud, una mayor participación del gasto privado puede ser una señal de fallas en el sistema público de salud, debido a que una parte importante de los usuarios que usan los servicios privados señalan como causa los problemas de acceso, la atención poco oportuna y la menor calidad en la red de servicios públicos.