El 13 de agosto del 2016 la vida de Richard Pereira cambió por completo. Sobrevivió a un disparo de arma de fuego, pero quedó parapléjico y postrado a una silla con ruedas. En la causa están involucrados efectivos policiales y el caso se conoce como gatillo fácil.
La víctima, actualmente con de 27 años de edad, junto con su familia ahora se enfrenta al comisario Jorge Zárate y el suboficial Jhonie Orihuela, imputados por este hecho, en un juicio oral y público, cuyo inicio se suspendió anteriormente en tres ocasiones.
En aquella fecha, el joven se dirigía a su casa, alrededor de las 5.50, cuando se percató de que estaba siendo perseguido por una patrullera de la Policía Nacional, que circulaba con las luces apagadas.
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Cuatro cuadras antes de llegar a su domicilio, intentaron detenerlo y se inició una persecución. El joven huyó de ellos para llegar a su vivienda; sin embargo, detuvo la marcha de su vehículo y descendió del mismo, con las manos arriba.
Posteriormente, el suboficial Jhonie Orihuela se bajó de la patrullera, le apuntó con un arma de fuego y le ordenó arrodillarse. Luego empujó al joven al suelo.
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Richard Pereira recordó, una vez más, este sábado, en el programa La Lupa de Telefuturo, que estando en el piso sintió un disparo. A partir de ese momento, no volvió a sentir sus piernas ni uno de sus brazos.
En su desesperación, el joven contó al policía el dolor que padecía en aquel momento, pero el uniformado optó por ir arrastrándolo unos dos metros y luego lo subió a a la patrullera. El mismo efectivo policial reconoció haber disparado a Richard Pereira, durante el juicio oral.
“Fue brutal como me trataron. Me arrastró este suboficial, y al ver que no podía mover las piernas, le llama al comisario (Jorge Zárate) y entre los dos me alzan y me tiran en la carrocería. Ahí, supuestamente, me llevan al hospital”, refirió.
Sin embargo, Richard también rememoró que, pese a su delicado estado, el suboficial Orihuela lo obligó a que manipule su arma.
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“Yo no tenía fuerza en el brazo, cerré mi puño, por donde apoyó el arma, y dio dos disparos al aire. Desde el momento de la persecución yo ya estaba asustado, no sabía cuales eran las intenciones de ellos, estaba entre la vida y la muerte”, dijo.
Posteriormente, fue llevado hasta el Hospital de Barrio Obrero, en donde el suboficial lo despojó de la llave de su vehículo, además de su teléfono celular. “Ya tenía en mente sacarme e ir a implantar drogas y un arma en mi auto”, contó.
El dolor de un padre
Richard Ramón Pereira, padre de la víctima, no pudo evitar contener las lágrimas durante la entrevista y recordó que su hijo tenía dos motocicletas en aquella época y, 15 días antes del hecho, le pidió que las vendiera.
“Le pedí que vendiera la moto diciéndole que el día de mañana no quería cambiarte tus pañales. A los 15 días yo le estaba cambiando los pañales. Él vendió las motos por hacerme caso, iba a ser mejor si no me hacía caso”, manifestó sin poder contener el llanto.
Tras unos segundos de silencio, el hombre agradeció a todas las personas que lo ayudaron para costear los tratamientos de su hijo. Pidió que se haga justicia y dijo que el juicio oral y público está bien encaminado, ya que se demostraron varias cosas durante esta semana.
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“Se demostraron tantas cosas, tantas mentiras; si no fuese por las cámaras, por la prensa, no iba a estar sentado acá, me iba a estar preparando para ir a verle a mi hijo en la cárcel de Tacumbú, porque le implantaron armas, drogas, quisieron hacer creer que él disparó", lamentó.
El hombre espera que los responsables de este hecho sean castigados y que no haya nunca más una víctima de gatillo fácil en el país.
Acusaciones contra los uniformados
Jhonie Orihuela está acusado por tentativa de homicidio doloso en calidad de autor, con pena de hasta 25 años de prisión; y en calidad de coautor por los hechos de persecución de inocente, con una expectativa de pena de 10 años; y simulación de hecho punible, con pena de hasta tres años de cárcel.
Por su parte, Jorge Zárate está acusado por persecución de inocentes, simulación de un hecho punible, denuncia falsa, inducción a un subordinado a cometer un hecho punible, frustración de la persecución y ejecución penal.
El juicio será retomado este martes, a las 8.30, ocasión en la prestará declaración el comisario Jorge Zárate.