A lo largo y ancho del territorio paraguayo existen más de un centenar de sitios de gran relevancia natural que se destacan por sus características y rasgos geológicos, como son las areniscas columnares, cavernas, cenotes, etc., que tienen gran potencial para estar incluidos en el circuito turístico nacional, explorando así una nueva modalidad de turismo: el geoturismo.
Esta es la propuesta de Moisés Gadea, geólogo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Asunción (Facen-UNA) y del universitario Pedro Benítez, quienes hicieron un inventario preliminar de 106 sitios de importante geodiversidad y de gran potencial turístico distribuidos en 16 departamentos.
Desde la perspectiva del geoturismo, que relaciona las actividades del turismo con la geología, estos sitios identificados pueden ser explotados en el marco de una modalidad diferente.
Los investigadores explican que el geoturismo cobra vigencia a partir de la década de 1990 en algunos países europeos y guarda relación con los recursos naturales del paisaje, las formas del terreno, los lechos fosilíferos, rocas y minerales, poniendo principal atención en cómo se crearon estos aspectos geomorfológicos.
Gadea comenta que el geopatrimonio del Paraguay es variado, no del todo explorado ni registrado oficialmente desde este nuevo enfoque que se propone. Según el inventario, algunos departamentos tienen mayor potencial para el desarrollo de esta actividad turística.
Estos geositios incluyen elementos geológicos, geomorfológicos, paleontológicos, tectónicos y volcánicos, muy llamativos, que merecen amplio destaque, deberían ser preservados, difundidos y visitados.
Multidisciplinario. El turismo, en su versión de ecoturismo, turismo ambiental y/o turismo natural –muy promocionado y difundido ampliamente en internet– hizo de geositios, como el cerro Kôi (areniscas columnares) en Areguá y las cavernas de Vallemí, destinos preferidos por turistas locales y extranjeros que los visitan por lo llamativo y exótico que resultan a la vista.
Pero estas visitas se realizan considerando todos los aspectos naturales (flora, fauna, ecosistema, inclusive los paisajísticos), y no desde la perspectiva conceptual netamente del geoturismo, según explican Gadea y Benítez en su trabajo.
El geoturismo sería un punto intermedio entre la geología, ecología y el turismo, pero lo importante de destacar en esta modalidad de actividad es que “con los aspectos geológicos, también aparecen interactuantes los elementos históricos, etnográficos, antropológicos, arqueológicos, por lo cual, para el desarrollo del geoturismo no se podrá prescindir del conocimiento elemental de estas disciplinas”.
Experiencia. En algunos lugares del país ya se explota indirectamente el geoturismo desde el enfoque del turismo alternativo (ecoturismo y aventura). Uno de estos geositios identificados por los investigadores se encuentra en la cordillera del Ybytyruzú, específicamente en la cima del cerro Perõ, el punto más elevado del Paraguay, desde donde se puede divisar con gratificación el paisaje imponente.
Los geólogos explican que esta conjunción de estilos de turismo también ocurre cuando se accede al arroyo Tagatiyá en Concepción, en donde la baja turbidez y el color turquesa de sus aguas y su carácter benigno en cuanto a la profundidad del cauce hacen posible una experiencia única.
Otro ejemplo de geoturismo implementado es el islote El Peñón, remanente erosivo en medio del río Paraguay en la zona de Limpio, al que los turistas llegan en canoa.
Los elementos geológicos notables y el impresionante paisaje que ofrece el Salto Suizo en la cordillera del Ybytyruzú, que se puede disfrutar a costo accesible.
Importancia. Los investigadores Moisés Gadea y Pedro Benítez concluyen que de ser tenidos en cuenta los geositios identificados y se impulsaran las gestiones para la geoconservación, el número de áreas protegidas a nivel nacional se vería en aumento.
Gadea explica que un área de reserva podría establecerse teniendo en cuenta también los rasgos geológicos y geomorfológicos, porque actualmente se los incluye dentro de criterios englobantes del medioambiente, o en algunos casos se declaran parques o reservas por motivos estrictamente fundamentados por sus características especiales de fauna y flora. Un ejemplo es el trabajo de gestión de la Senatur para elevar a los cerros Kôi y Chororî unificados como geoparque de la Unesco.
La implementación del geoturismo es prometedor y será de gran relevancia si se lleva a cabo, según Gadea, quien afirma que esto creará oportunidad para promover entre los geocientistas nacionales los beneficios de esta modalidad impulsada en otros países. A corto plazo se presentarán proyectos a modo de investigar los georrecursos turísticos nacionales, para trabajar con base en el inventario preliminar e ir ampliándolo. “De esta manera se conseguirá mayor conciencia acerca de la existencia e importancia del patrimonio natural en su versión de geopatrimonio”.