Si se analiza aisladamente, el presupuesto sancionado por el Congreso es el más adecuado, contestó el gobernador ante la consulta de los beneficios que tendría con el proyecto vetado. Sin embargo, prefiere esta medida antes que arriesgar el recorte de la emisión de bonos, que según considera, tendrá un “efecto cascada” en todos los sectores.
El político es miembro del clan Zacarías, junto con su hermano Javier y la esposa de este, Sandra McLeod, quien se desempeña como intendenta de Ciudad del Este, donde enfrenta una polémica oposición.
“Lamentablemente tiene que ser el mismo presupuesto vigente”, admitió Justo Zacarías, al tiempo de mencionar que de igual manera no hay garantías de que Hacienda libere los fondos aprobados, ya que depende de su plan de gastos.
Insiste en su apoyo al Gobierno de Horacio Cartes y arremete contra los legisladores que no apoyan la postura del mandatario. “La oposición irresponsable del paraguayo quieren poner palo a la rueda”, expresó al término de un encuentro con el presidente.
Para Zacarías, el recorte de los bonos afecta a varias obras como la duplicación de la avenida Perú, asfalto que une Cedrales con Santa Rosa y Santa Rita, así como el tramo del km 16. En ese sentido, prefiere que haya menos recursos para las gobernaciones en sí, pero que los bonos se inviertan en estas zonas.
El monto sancionado por la Cámara Alta asciende a G. 67,4 billones (USD 11.662 millones), que implica 2,5% menos que el proyecto del Ejecutivo y 0,3% menos que el de 2016. Además incluye varios aumentos salariales que no se tenía previsto en el proyecto original y el recorte de gastos para la política monetaria del país.
Los parlamentarios ahora deben decidir si se ratifican o aceptan el veto del Ejecutivo.