En Villarrica, las clases arrancaron ayer con un pabellón completo en peligro de derrumbe. En San Pedro, padres y alumnos tomaron un colegio nacional en reclamo de merienda escolar y mejoras edilicias. En los municipios cabecera del Alto Paraná (Ciudad del Este, Minga Guazú, Presidente Franco y Hernandarias) volvieron a las aulas en medio de carencia de mobiliarios y obras inconclusas en distintas instituciones educativas.
En Concepción, la escuelita de un asentamiento inició el año lectivo con dos aulas para más de 100 alumnos. En Alto Paraguay, aplazaron el regreso a clases debido a la falta de reparación de una conocida casa de estudios, afectada por una tormenta hace tres meses. Mientras que en Amambay, por segundo año consecutivo, docentes y alumnos de un colegio indígena realizan toda una travesía para poder estudiar: sobre una precaria balsa cruzan el río Aquidabán para llegar hasta la institución.
El pabellón afectado en la Escuela Básica N° 2.761 Villarrica del Espíritu Santo cuenta con cuatro salas de clase con humedad, techos y vigas en mal estado, pisos hundidos, etc. Peritos del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) verificaron la zona y recomendaron clausurar el área.
Noelia Guillén, directora de esa escuela, dijo a ÚH que hace varios años soportan esta situación y en incontables ocasiones realizaron pedidos de reparación de todo el pabellón.
La toma de la Escuela y Colegio San Roque –en el segundo departamento- se registró en Yaguareté Forest, distrito de Santa Rosa del Aguaray. Padres y alumnos decidieron tomar la institución exigiendo la provisión de merienda escolar y la construcción de tres salas, para que dejen de dar clases bajo los árboles. Según los padres, hace cuatro años vienen solicitando todo esto a la Gobernación, la municipalidad y al MEC, pero no hay respuesta favorable. Además, reclaman la culminación del aula de inicial, cuya construcción quedó a medias y, antes que un aula, se parece más a un gallinero.
Esta institución cuenta con 300 alumnos, desde el preescolar al 3°curso de la Media. La medida de fuerza se extenderá hasta que haya un acuerdo firmado con las autoridades y, por de pronto, las clases no se iniciarán.
Lo propio ocurre en la escuela María Auxiliadora, en Fuerte Olimpo, donde los alumnos no pudieron iniciar las clases ayer por falta de reparación de la institución, afectada por una tormenta en noviembre último.
Un padre familia, Genaro Ramírez, relató que el edificio se encuentra en reparación y hay muchos escombros peligrosos para los chicos. En el día del inicio de clases, fueron informados de que los niños recién la otra semana podrían acudir de manera presencial.
La reparación de la institución está a cargo del municipio, que contrató a una empresa constructora; pero que se retrasó la obra debido a la carencia de materiales.
ODISEA. En marzo del año pasado, las turbulentas aguas del Aquidabán habían arrastrado el único puente de madera que conducía a la única institución educativa del distrito de Cerro Corá (Amambay). Desde ese tiempo, docentes y alumnos de la Escuela y Colegio N° 15.403 Piky Kua se valen de una improvisada balsa -hecha con tambores de agua y madera- para vadear el caudaloso río.
Esa casa de estudios alberga alrededor de 215 alumnos, desde el preescolar hasta la Educación Media. Los pobladores pidieron ayer al unísono a las autoridades nacionales la construcción de un puente de hormigón para evitar más ahogados en el lugar.
“Hoy damos inicio a nuestra actividad educativa y de nuevo vamos a enfrentar cada día la misma situación de peligro para pasar el río, encima de esa balsa que ahora, a simple vista, está muy deteriorada”, dijo Amalia Benítez, docente de la escuela Piky Kua. Hace seis años que enseña en esa institución y suscribe que es “es muy peligroso” cruzar ese lecho fluvial.
“Va a llegar el frío y la temporada de lluvia, donde el río Aquidabán crece. Si no hay condiciones de pasar, dejaremos de dar clases a nuestros alumnos”, advirtió, esperando que este contratiempo se resuelva este año.
Con respecto a la situación edilicia, en dicha entidad educativa solo se utilizará un pabellón construido por la Gobernación de Amambay el año pasado. Las edificaciones antiguas se van a dejar de lado por temor a que se caigan sobre los alumnos.