Esta emisión de deuda presentó nuevas características en los bonos, que serán repagados en tres partes iguales en 2048, 2049 y 2050, cuando se cumplan los 31 años de vencimiento de los títulos, que suponen el mayor plazo de madurez hasta la fecha.
No obstante, el Estado se reserva la posibilidad de cancelar el bono de forma anticipada si las condiciones de mercado son proclives a mejorar la cartera de deuda, según apuntó Hacienda.
Esta subasta también resultó favorable al Estado paraguayo en lo que a interés se refiere, ya que la tasa fue la más baja de su historia, con un 5,4%, por debajo de los tipos del 6,1% de 2014 y del 5,6% de 2018, cuando las emisiones fueron a 30 años.
Además, también se sitúa por debajo de la tasa esperada por Hacienda para esta subasta, en 5,6%, como adelantaba la semana pasada el viceministro de Hacienda, Humberto Colmán.
Esto significa que Paraguay tendrá que pagar un interés menor a sus tenedores de deuda.
Además, el diferencial o margen del bono (conocido como spread en el lenguaje financiero) fue de 233,6 puntos básicos sobre el bono del Tesoro de Estados Unidos a 30 años, dato que, según la cartera económica, también es el más reducido y demuestra que “el mercado internacional ve más confiable a Paraguay”.
La subasta de deuda paraguaya se realizó atendiendo al formato intra day, con la negociación concentrada en la misma jornada para evitar la volatilidad del mercado.
Hacienda destinará el monto captado a la financiación de las inversiones contempladas en los presupuestos de este año, al repago de la deuda que vence en este ejercicio y a cumplir sus obligaciones de capital con organismos multilaterales. Esta emisión de bonos, así como las anteriores, está en línea con el estricto cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
Las agencias de calificación internacional mantienen los títulos paraguayos en el grado especulativo.