En el texto “ocho puntos sobre la economía”, el Ejecutivo saliente reconoce los problemas que existen en la actualidad –tras más de año y medio de recesión– pero destaca los logros conseguidos con el “esfuerzo” que han hecho para revertir otra “herencia”, la que dejó en 2015 la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ahora será vicepresidenta.
Este documento ya ha generado polémica, después de que el presidente electo, que junto a la ex mandataria ganó las elecciones del 27 de octubre pasado y asumirá el mando el 10 de octubre próximo, haya pedido desde México, en una entrevista televisiva, que su antecesor y su equipo paren con la “mentira”.
“Hace dos años nadie pensaba que Argentina iba a tener la crisis que tiene y es producto de la gran inoperancia del Gobierno”, destacó Fernández en declaraciones al canal C5N.
Macri, que llegó al poder tras 12 años de kirchnerismo, se encontró en ese tiempo, según el texto, con un “Banco Central sin reservas”, un “déficit fiscal brutal”, un “desempleo mentiroso y una pobreza estructural altísima”, elevada inflación, un tipo de cambio atrasado y un Estado “arrasado” y empresas públicas “quebradas”.
“Es cierto que en 2019 hay problemas. Y que no hemos podido cumplir las mejoras de bienestar que todos anhelamos. La inflación sigue alta. Y a pesar de haber creado 1.250.000 puestos de trabajo en esta gestión (incluyendo formales, informales y autónomos), no fue suficiente, porque hay más gente que busca trabajo”, detalla el documento.
Sin embargo, para el aún oficialismo, el punto de partida para 2020 es “mucho más sano” y entre las razones especifica que hay equilibrio fiscal primario, menor presión tributaria, un tipo de cambio competitivo, subida de las exportaciones, mejores infraestructuras y recuperación de las fuentes de energía propias, ya que, según recuerdan, en 2015 había que importar energía y ahora Argentina exporta.
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“El esfuerzo de este último año y medio fue muy exigente para todos. Pero no es menos cierto que veníamos recuperándonos (la actividad en julio creció 1,2% mensual y la inflación de agosto apuntaba a 1,8%), y que la incertidumbre electoral interrumpió la recuperación”, asevera el texto.
El 11 de agosto pasado, el triunfo del peronismo en las elecciones primarias ocasionó fuertes turbulencias financieras, con una abrupta devaluación del peso ante el dólar y sucesivos desplomes de la bolsa que agravaron la ya dilatada recesión que el país vive desde que en abril de 2018 se registró una masiva fuga de capitales.
Para el macrismo, “por primera vez en mucho tiempo” Argentina tuvo una idea de “largo plazo” basada en “reglas claras, estabilidad económica e inserción al mundo”, la única manera “de lograr un crecimiento sostenido que dure, con más empleo e inversiones”.
“Nuestras recurrentes crisis son el reflejo de una economía que, en forma permanente, parece querer vivir por encima de sus posibilidades. El equilibrio fiscal es importante porque cuando el Estado gasta menos de lo que le ingresa no necesita financiarlo con emisión de pesos (inflación) o deuda”, añade el documento.
“Lamentablemente, no se puede eliminar la inflación (llega al 37,7% en los primeros nueve meses del año) de un día para el otro, pero en estos cuatro años hemos dado los pasos necesarios para empezar a ver una reducción sostenida y sostenible de la inflación: corregimos las tarifas y el tipo de cambio; y equilibramos las cuentas públicas”, enfatiza.
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Sobre la alta deuda externa, incluido el préstamo de USD 56.000 millones aprobado en 2018 por el Fondo Monetario Internacional, el Gobierno saliente reconoce que tuvo que pedir prestado porque heredó “un déficit enorme y porque habían quedado muchas cuentas sin pagar del gobierno anterior”, como la deuda con los llamados fondos buitre, que no habían aceptado los canjes de deuda tras la suspensión de pagos de 2001.
“Decidimos financiarnos de forma transparente y clara. Estos años hicimos un gran esfuerzo para equilibrar nuestras cuentas. Si mantenemos el compromiso de tener un presupuesto equilibrado en los próximos años, la deuda pública dejará de ser un problema”, subraya.
“Dos de cada tres dólares que tomamos de deuda fueron para mejorar los plazos o las condiciones de deudas viejas o, también, para cambiar los acreedores”, añade, y remarca que “cuando las condiciones financieras internacionales se endurecieron” Argentina pudo acceder al crédito del FMI “mucho más barato”.
Respecto al desempleo (10,6% en el segundo trimestre de 2019), destacan que “está en niveles similares a los que dejó el gobierno anterior”, aunque reconocen que “debería ser más bajo, y probablemente baje a medida que la economía vuelva a crecer”.
Con la convicción de que “todavía falta mucho”, el documento establece que este es el “camino correcto para tener un país mejor, generando confianza y trabajando a la par del mundo.”
“A fin de 2019 el país está listo para crecer. Sin magia, sin mentira, sin ficción”, sentencia.