11 feb. 2025

Golpe

Sí, uno de timón requiere el Gobierno de Peña que acaba de cumplir su primer año al frente del ejecutivo.
Encanecido, desgastado y humillado de manera reiterada y permanente no podemos decir que haya gobernado sino apenas que haya gerenciado los mandatos del gabinete del quincho.

Se enojaron con él porque no llevó su adhesión al mandante cuando vinieron las sanciones americanas. Tuvo que tragarse el sapo su canciller y ex jefa de Gabinete en una representación humillante del ejercicio falso del poder. Cada vez que intenta dar la impresión que gobierna, el verdadero poder se encarga de recordarle la escala en la que se encuentra.

Después del comunicado de adhesión a Tabesa nunca más podrá decir que los asuntos legales de Cartes son un problema personal de él. Y esa ha sido una humillación clara y contundente que ha querido huir de su peso con un viaje de placer a Dominicana y Costa Rica.

Sirve para tomar aire y encontrarse con la misión de los EEUU encabezada por un ducho en malas noticias: El ex senador demócrata Todd.

La realidad le espera a la vuelta.

Marginada Lea Giménez querrá dar la impresión de que él gobierna nombrando a uno de los suyos en el cargo de jefe de Gabinete, mientras los verdaderos operadores políticos se encargarán de recordarle de nuevo el lugar que ocupa en el escalafón del poder. Empieza un nuevo año de mandato. El último, en verdad, para hacer cosas. El tercero es apenas para consolidarlo con elecciones municipales dominando la escena y los últimos dos preparando la salida.

Se ejerce el verdadero poder de hacer las cosas en el Paraguay por un periodo notablemente corto en términos operativos. Viajar mucho es una escapatoria a la realidad que no se quiere admitir. Dijo que el ejercicio de las relaciones internacionales lo hace el presidente como lo manda la Constitución solo que no quiere leer el mamotreto del comunicado cuando de ejercitar el mandato se trata.

Peña no quiere ni puede ser independiente. Él lo sabe y los demás también. Tiene una tarea como gerente, aunque finja ser el presidente. Genera algo de compasión en su equipo, pero no incomodidad. Recibe el piropo de Abdo y seguidores renacidos que le dicen que lo quieren ver ejercer el cargo y están dispuestos a ayudarlo.

El mensaje es por elevación en contra del gabinete del quincho y en un intento de ayudarlo a despegarse de Cartes. Para dar el golpe de timón requiere coraje y carácter y eso es de lo que más carece. Mientras, seguirán las humillaciones, las contradicciones y las incoherencias y, es probable que la compasión que genera entre pocos también se acabe.

Las apariencias del poder no alcanzan en este país de larga tradición presidencialista fuerte.

Se puede subsanar el sino de la historia con una gran capacidad de gestión en beneficio del poder, pero los que lo sostienen tienen otra idea de su ejercicio. Quieren cargos para sus seguidores y combustibles para sostener a su tropa. Eso colisiona frontalmente con la diferencia que pudiera plantear.

Peña tiene miedo a ejercer el poder.

Es probable que sepa los costos que supondría para él y su familia que lo intente. Es seguro que tendrá el apoyo mayoritario del país, pero debe animarse a dar el golpe de timón. La navegación comenzará a ser procelosa y los vientos golpearán más fuerte. No será suficiente aparentar ser presidente cuando en realidad solo es un simple mandadero.

Debe animarse a ser Ham-let.

Más contenido de esta sección