21 nov. 2024

Golpe a los jubilados y susto a aportantes

La semana pasada la administración del Instituto de Previsión Social (IPS) dio un gran susto a los jubilados y encendió las alarmas entre los aportantes (cotizantes) al emitir un aviso por el cual se exigía a los jubilados justificar de manera presencial que aún están vivos.

La medida fue un golpe bajo tanto para los jubilados, familiares, asegurados como la opinión pública. La determinación de los consejeros de la principal entidad previsional generó el rechazo de un amplio sector de la sociedad.

Tal fue el repudio ciudadano que los consejeros tuvieron que reunirse con urgencia para sacar una nueva resolución que posterga por 90 días la exigencia de demostrar que el jubilado aún sigue con vida.

Las razones que motivaron a los consejeros a poner de nuevo en vigencia una medida que afecta directamente a los jubilados no fueron dadas a conocer por las autoridades de la previsional.

Hubo sí algunas especulaciones con relación a los posibles motivos. Una de ellas es que habría faltantes en los recursos del IPS y se imponía tomar medidas para tratar de cubrir los fondos.

Días después se dio a conocer un informe de la Contraloría General de la República en el que efectivamente se revela algunas falencias en el manejo administrativo de la previsional. En concreto, detectaron que hubo pagos a jubilados ya fallecidos por montos importantes, debido a las fallas en los controles que deben realizar los funcionarios del IPS.

Si bien una situación de este tipo amerita que se tomen medidas para corregir la fuga de los recursos de los jubilados, lo que se criticó fue el mecanismo o la manera en la que se quería detectar el cobro indebido en nombre de jubilados fallecidos.

Los mismos jubilados empezaron a plantear opciones más amigables para las personas de la tercera edad. Una de las posibilidades es que el IPS recurra directamente al Registro Civil de Personas e indagar sobre las defunciones de las personas adultas y cotejar con la lista de beneficiarios.

Otra posibilidad sugerida es la de presentarse en la Comisaría de su comunidad y solicitar un certificado de vida y residencia.

Una opción muy válida es que las personas jubiladas realicen por lo menos una consulta médica cada tres meses y ahí se constata fácilmente que el beneficiario sigue con vida.

En verdad hay muchas posibilidades para corroborar si un jubilado sigue con vida, pero las autoridades de la previsional optaron por una modalidad que carga la responsabilidad directamente en los jubilados.

Los burócratas, como siempre, quisieron imponer toda la responsabilidad a los beneficiarios, mientras que los funcionarios de la previsional los iba a esperar cómodamente en sus oficinas para realizar el registro de “sigue con vida”.

Ya después de las críticas y el repudio generalizado, el IPS, a través de algunos consejeros, dio a conocer la decisión de postergar la exigencia y que, en cambio, iban a desarrollar, mediante el uso de la tecnología, sistema de control biométrico; es decir, control mediante el registro facial de los jubilados.

Este control se podrá hacer mediante una aplicación que pondrá a disposición de los jubilados y bastará con bajar la aplicación en un celular y sacarse una foto el jubilado y enviar a la previsional.

Ahora que todo volvió a la calma, por lo menos por 90 días, el tiempo debe aprovechar la previsional para poner en orden sus papeles, sus documentos y mejorar exponencialmente los mecanismos de control de pago a jubilados y, al mismo tiempo, en manejo de los fondos jubilatorios.

La patronal está haciendo un enorme esfuerzo para asegurar a sus empleados realizar los aportes para que el IPS pueda mejorar su situación financiera y contar con los recursos para brindar una atención digna a los asegurados. Se espera que los consejeros también acompañen y sumen ideas para una gestión más eficiente de la previsional.

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