Dos imágenes concentran las noticias políticas más importantes de la semana nacional: el ex diputado Juan Carlos Ozorio, esposado, camino a la prisión, y el escándalo en la elección de la mesa directiva de la Cámara de Diputados.
El primero y, el más vergonzoso, es el descubrimiento de los negocios turbios del dirigente colorado, quien en 24 horas pasó de diputado a imputado por lavado de dinero, tráfico de drogas y asociación criminal. Sin dudas, un pez gordo del operativo A Ultranza, que está haciendo temblar al país con sus allanamientos y reveladoras vinculaciones políticas y empresariales. Ozorio, sin mucho trámite, fue llevado a prisión. El horno no está para bollos. No hubo atajos legales para ser beneficiado con la prisión domiciliaria ni blindajes políticos, a pesar de haber militado en el cartismo y últimamente en el oficialismo. Todos le soltaron la mano, pero renegar ahora ya es tarde. Las fotos son demasiado elocuentes.
El ex diputado llegó al sumun del deseo de todo narcotraficante: Productor y traficante de drogas, lavador del dinero sucio a través de la Cooperativa San Cristóbal del que era presidente y titular de una banca en el Congreso. La Santísima Trinidad del poder y la impunidad.
El operativo A Ultranza (ejecutado por la DEA, Europol y Uruguay, con el apoyo de la Senad y la Fiscalía) continúa sin pausa con sendos allanamientos generando pánico a su paso. “Es un paquete de 100 allanamientos. Se abre el sobre sobre la marcha y recién allí se sabe el detalle del operativo para evitar filtraciones”, señaló una fuente del gobierno. Nunca antes hubo tanto secretismo y eso genera inquietud en la ANR porque no tiene el control de la investigación. A fin de cuentas, el vínculo con el dinero sucio ha permeado la actividad política.

GOLPE Y CAÍDA. El segundo tema apunta al cartismo que sufrió la peor derrota con la pérdida de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, el principal instrumento de control y extorsión política del ex presidente de la República. Pedro Alliana pretendía coronar su reinado absoluto en el cargo convocando a una sesión tres meses antes de la finalización de su mandato. Con la sumisa bancada llanista de su lado, se durmió en los laureles. Una vez más, el vicepresidente Hugo Velázquez madrugó a su adversario ya que operó personalmente para modificar el escenario, probablemente con canonjías más jugosas. Como en el 2017, cuando frenó la enmienda para la reelección. Velázquez recuperó oxígeno y generó discordias en Honor Colorado donde Alliana fue duramente cuestionado. “Le cocinaron por chambón”, evaluó un legislador cartista quien agregó más reproches al precandidato a vicepresidente porque “no trabaja en la campaña y quiere todo en bandeja”. Mañana se reúne el comando en la residencia de Horacio Cartes donde deberá explicar sus errores de estrategia.
Sin embargo, esta nueva mayoría en Diputados es coyuntural y es difícil saber qué casos los unirá y qué los separará. La pregunta que se instaló fue si en este nuevo escenario correría el juicio político a la fiscala general, Sandra Quiñónez. Si antes era imposible, ahora es posible, dijo ayer el diputado Sebastián Villarejo.
Velázquez saboreaba su victoria política, pero un video publicado en las redes sociales por el comunicador Alfredo Guachiré sobre contrabando con soporte de la Armada Paraguaya lo despertó ya que se puso foco sobre su hermano almirante. El comandante Carlos Velázquez balbuceó explicaciones poco convincentes sobre la implicación policial y militar en el ilícito y dejó demasiadas dudas.
En el cuadro del debe y haber, el oficialismo está herido profundamente. Los casos de corrupción han golpeado especialmente al Gobierno y este caso de la Armada reavivará al sector que no ve con buenos ojos a Velázquez como candidato. ¿Resurgirá Arnoldo Wiens si se complica el vicepresidente?
Todo está por verse en el inquietante escenario político/empresarial donde se espera con nerviosismo el siguiente allanamiento.
Del otro lado, la ciudadanía disfruta cada irrupción en las estancias, empresas, hangares y depósitos y ya no se contenta con las cabezas de los mandos medios del crimen organizado. Exige la caída de los poderosos padrinos.
Son saludables tiempos incontrolables. Quizá sea tiempo de ajustarse los cinturones.
Textual
“El que graba las conversaciones de los paraguayos y paraguayas y de los diputados se llama Cristian Amarilla, un funcionario de la Senad. Vende nuestras conversaciones al mejor postor. En este momento, la oferta es al cartismo de grabaciones mías del 2015, 2016, antes de ser diputada. Exijo explicaciones y pido la cabeza del señor Amarilla. Señor Cartes, puede comprarle a la Senad, al Amarilla, pero no me voy a callar de que usted es un mafioso, un narcotraficante y contrabandista de cigarrillos y sus perros fieles de esta bancada no me van a amenazar”.
Lo que hay que saber
VICE. El ministro de Educación, Juan Manuel Brunetti, fue elegido por Velázquez como compañero de fórmula, un candidato sugerido por Mario Abdo y que no agrada a las bases.
VER PARA CREER. Luego del caso Ozorio, Hugo Velázquez anunció que fiscalizarán las candidaturas para evitar que gente del crimen organizado se candidate por su movimiento.
DAÑO COLATERAL. La cooperativa San Cristóbal sufre los efectos del narcotráfico ya que el ex diputado Ozorio era su presidente. La intervención del Incoop asustó y generó estampida.
ALERTA. Arquitectos advierten que la burbuja inmobiliaria generada por el narcotráfico expulsa a la clase media de los núcleos urbanos por los altos precios, además de otros efectos.