El gigante tecnológico Google aceptó pagar 391,5 millones de dólares por sus prácticas de seguimiento de ubicación relacionadas con la configuración de la cuenta, que exigían los fiscales de 40 estados de Estados Unidos.
El acuerdo ha sido calificado por los fiscales como el mayor pago en la historia de Estados Unidos por parte de una entidad privada, ante una demanda presentada por varios estados.
Según un comunicado de la fiscalía general de Connecticut, Google recopiló información sobre la ubicación de consumidores que expresamente habían pedido que no lo hiciera.
“Nuestra investigación encontró que Google continuó recopilando esta información personal, incluso después de que los consumidores le dijeran que no lo hiciera. Esa es una invasión inaceptable de la privacidad del consumidor y una violación de la ley estatal”, escribió el fiscal general de ese estado, William Tong.
Los fiscales subrayaron que “los datos de ubicación se encuentran entre la información personal más sensible y valiosa que recopila Google, y hay muchas razones por las que un consumidor puede optar por no aceptar el seguimiento”.
La nota resalta que solo con una “cantidad limitada de datos de ubicación” se puede conocer “la identidad y las rutinas de una persona y usarse para inferir detalles personales”.
“Google utiliza estos datos para crear perfiles de usuarios detallados y orientar anuncios a los consumidores en nombre de sus clientes publicitarios”, recoge el comunicado.
“Durante años, Google ha priorizado las ganancias sobre la privacidad de sus usuarios”, dijo, por su parte, la fiscal general de Oregón, Ellen Rosenblum, en otro comunicado. Además de pagar la sanción, que evita que el caso llegue a juicio, Google también se ha comprometido a ser más transparente mostrando información adicional a los usuarios siempre que activen o desactiven una configuración de cuenta relacionada con la ubicación. EFE