El Gran Teatro José Asunción Flores fue el escenario donde se lucieron los solistas principales como Alexander Volchkov, María Tamilova y Kirill Zafin, así como el resto del elenco de esta compañía, una de las más antiguas y prestigiosas de Rusia.
La técnica y la interpretación de los bailarines fueron impecables, resaltando la energía entre ellos; además de la escenografía apropiada, los vestuarios y elementos de las coreografías en cada acto correctos, así como la iluminación y sonido.
Esta propuesta es una de las numerosas versiones de Lago de los cisnes, que se han interpretado en el mundo a lo largo de los años, respetando la expresividad y la complejidad del argumento y el carácter de la obra de Tchaikovsky.
Destacados Pas de Deux y un cuerpo de baile compenetrado y sólido acompañó notablemente a los solistas, sobre todo las bailarinas al turno de la coreografía de las doncellas convertidas en cisnes, donde sobresalió el trabajo de brazos, torsos y filas.
Fue un deleite observar esta versión en la que con ágiles pasos, los danzadores entregaron pulidos trabajos en los roles de Sigfrido, Odette, Odile, Von Rothbart, el bufón, entre otros.
Fue refrescante el final donde el amor y el vínculo entre Odette y Sigfrido vence a la maldad del hechicero Von Rothbart, uno de los tantos finales alternativos de esta obra cumbre de ballet.