12 oct. 2024

Grandes familias: Los tuyos, los míos y los nuestros

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Mabel Guillén

Una antigua película con el nombre del título utilizado en este tema lleva a la reflexionar sobre un tema muy importante y cada vez más numeroso, como es el de las familias ensambladas, reconstituidas o mixtas. Esta se forma cuando dos personas en la que uno, o ambos tienen hijos de relaciones anteriores, se unen y puede nacer o no de la nueva relación más hijos, conformando la familia de “los tuyos, los míos y los nuestros”. Además, se asocia a los Cuentos de los Hermanos Grimm, a Blancanieves envenenada por la madrastra o a Cenicienta torturada por la madrastra.

Si una relación formada por dos personas es compleja, lo es mucho más la que se inicia con uno o más hijos, de las relaciones previas. Pero hay esperanza, no es imposible. Para que esta nueva familia se consolide requiere de aproximadamente 7 años. La complejidad de la relación va a depender de la cantidad y de la edad de los hijos, así como de la disposición de la nueva pareja a enfrentar este hermoso desafío. Las características de la familia compuesta por los tuyos, los míos y los nuestros son únicas y sus desafíos son particulares, tanto que afectan a cada miembro, pero en especial a la pareja, que se encuentra en el centro de la dinámica familiar. La pareja en una familia ensamblada tiene un papel fundamental en la construcción de la estabilidad y armonía del nuevo hogar. Es una estructura familiar compleja, debido a que esta familia nace de la pérdida, es decir, a partir de una ruptura anterior que produce mucho dolor previo, todos los integrantes pasan por un proceso de luto (estrés, sentimientos de culpa, etc.). Los padrastros viven etapas diferentes que las de los hijos. Los primeros tienen la expectativa de ser la supermadrastra o padrastro. Llegan con autoexigencias de cumplir su rol parental, en una relación en la que se perdieron varios años de vínculo y además, están con el “mandato” personal y el temor de no volver a cometer errores de relaciones anteriores. Por otro lado, en los hijos pueden generarse conflictos de lealtad y sentimientos de culpa y aislamiento, con su padre o madre biológicos por sentir cariño por el nuevo padrastro o madrastra, conducentes también a tener comportamientos disruptivos en la casa o en el colegio. Para que esto no ocurra, los padres biológicos deben dar “permiso” a sus hijos para ser libres en expresar sus sentimientos. Para tener en cuenta Los recuerdos de la familia anterior siempre estarán presentes y pueden convertirse en molestos para el nuevo miembro o en un tabú. Los temas legales y estilos de crianza anteriores hacen que los niños comparen con las actuales, optando e inclinándose por alguna de las dos. Al provenir de relaciones anteriores, ambos traen consigo una serie de experiencias, expectativas y aprendizajes que influyen en como interactuar con su nueva pareja y con los hijos de cada uno. La pareja debe mantener un diálogo abierto, sincero y constante. La toma de decisiones sobre la crianza de los hijos, la organización del hogar, las finanzas y otros aspectos debe hacerse en conjunto, pero teniendo en cuenta las necesidades individuales. En muchos casos, los hijos de una relación anterior pueden sentir celos, resentimiento o temor de perder el afecto de su progenitor, lo que puede generar tensiones. En este sentido, la pareja debe ser sensible a las emociones de los niños y esforzarse por crear un ambiente inclusivo. La pareja, en una familia ensamblada, necesita planificar tiempo para ambos, con el propósito de fortalecer su relación, un desafío que puede verse complicado por responsabilidades y las exigencias del nuevo núcleo familiar. Como se señaló anteriormente, es posible vivir, disfrutar y ser felices en una familia ensamblada, con paciencia, diálogo, amor, tiempo de calidad, comprensión y límites claros.

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