Ante la latente amenaza del ingreso de la influenza aviar H5 al país, las instituciones estatales reforzaron los controles y están trabajando en normas que permitan alcanzar una equivalencia de bioseguridad para garantizar el intercambio comercial de animales y genética en un contexto de presencia de la enfermedad en territorio sudamericano. Con el plan de contingencia no solo se cuida la seguridad alimentaria, sino también el negocio de venta de huevos y de carne avícola.
Al respecto, el presidente del Servicio Nacional Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin, dijo que la movilización del sector público y privado en el marco de la emergencia por la circulación de la enfermedad en la región es también una oportunidad para pensar en el Sigor. “Va a formalizar todo el sector. Hoy nosotros tenemos solo cuatro empresas de huevos que nos informan la cantidad de productos que comercializan en el año”, mencionó sobre el sistema que ya está vigente para los vacunos y porcinos. Se intenta así registrar datos de propietarios, establecimiento de origen y de destino, número, clase, tipo y marca de los animales.
“Se comercializan anualmente en Paraguay 1.000 millones de huevos y el aporte que se tiene es G. 53 a 54 millones al año por habilitación de planta y de las clasificadoras de huevos”, agregó Martin sobre el limitado aporte del sector avícola pero además comentó que no hay control sobre las gallinas descartadas como ponedoras que son vendidas para su aprovechamiento cárnico. Pero cualquier cambio dependerá en gran medida del sector privado.
A partir de este año además se trabajará en un muestreo longitudinal para descartar la presencia tanto de la influenza aviar como del virus Newcastle, que hasta ahora no están presentes en el país.