Sus ideólogos fueron el entonces presidente del Banco del Paraguay, Carlos Pedretti, y el economista belga Robert Triffin. El símbolo oficial de la unidad monetaria es la letra G, cruzada de derecha a izquierda por una barra. Los primeros diseños propios del guaraní empezaron a circular recién en 1944, con los billetes de G. 1, 5, 10, 50, 100 y 500.
Según los datos del BCP, la moneda local es una de las menos devaluadas en la región en los últimos años, pese a que en los últimos años se dio una mayor depreciación de la moneda con relación al dólar de Estados Unidos, sobre todo en el 2024.
Entre las principales curiosidades de nuestra moneda, resalta que se trata de una de las pocas que nunca perdieron un cero. Desde su creación, el guaraní acumula una inflación (pérdida del poder adquisitivo) de más de 300.000%. Por este motivo, se fueron añadiendo ceros al guaraní original a lo largo de los años, para convertirse en una de las monedas con más ceros en todo el mundo.
La mezcla de algodón y papel es la que se utiliza para los billetes de mayor valor (G. 20.000, 50.000 y 100.000), mientras que los restantes (G. 2.000 y 5.000) son de polímero. Esto tiene que ver con la vida útil de los billetes. Los de menor valor tienen mayor rotación, por eso se hacen de un material más resistente, comenta Víctor Fernández. La vida útil se calcula teniendo en cuenta la cantidad de veces que el billete puede ser doblado hasta que se deteriore.
Además, otro detalle particular es que los tamaños de los billetes son iguales ahora, pero al principio los de más valor eran más grandes, como una forma de educar a la ciudadanía sobre el uso de los billetes. Este sistema sigue siendo utilizado, pero con las monedas.
Cabe recordar que en el 2022 el ente financiero matriz anunció un proceso de cambio de la familia de billetes del guaraní, considerando que se acumula un lapso de más de casi 60 años sin variaciones. La renovación de la familia de billetes no incluía un plan de eliminación de los ceros.